Cuando Satoshi creó bitcoin en 2008, no se imaginó la infinidad de casos de uso que estaríamos teniendo en cripto 14 años después. Uno de ellos y por mucho de los más populares es DeFi, que quiere decir finanzas descentralizadas.
DeFi fue creado como una nueva visión de los servicios bancarios y financieros que se basa en pagos entre pares a través de blockchain, para así reemplazar a los intermediarios financieros tradicionales en donde el middle-man es una persona o institución. Es decir, para que solo el propio usuario tenga el control sobre sus activos.
La mayoría de las aplicaciones DeFi se construyen sobre ethereum, la segunda plataforma y criptomoneda con mayor volumen después de bitcoin. Las aplicaciones más populares hoy en día en DeFi son stablecoins y generación de rendimientos.
Stablecoins: que quiere decir moneda estable, es un tipo de criptomoneda cuyo valor está vinculado a un activo externo para estabilizar el precio, como pueden ser el dólar estadounidense o el oro.
Rendimientos en cripto: es un proceso que permite a los inversionistas de criptomonedas obtener recompensas por sus activos. Con esto, un inversionista deposita unidades de una criptomoneda en un protocolo de préstamo, para obtener intereses de las tarifas comerciales.
En papel suena muy bonito, pero DeFi fue lo más afectado en el último crash. Como siempre, en cada ajuste podemos ver qué proyectos tenían malos fundamentos de cripto. Existió un entorno sobreapalancado para stablecoins, así como programas de incentivos agresivos que permitieron a los inversionistas de cripto obtener rendimientos estratosféricos sin una lógica financiera razonable que los respaldara.
Pero haber tenido algunos proyectos que no funcionaron, no significa que DeFi haya muerto, o que esté destinado al fracaso, sino que se está ajustando. Ya hemos hablado de que en cripto hay ciclos, de que todo lo que falla en uno, se itera para el siguiente. Como es común en esta industria, en los veranos de cripto hay que tener cuidado y siempre hacer nuestra propia investigación sobre a dónde invertimos. La mejor parte de esta época de ‘invierno cripto’, es que después del bull run hay silencio, hay calma para poder construir bien.
DeFi tiene el potencial para cambiar la manera en la que se hacen las cosas. Proyectos que puedan escalar de manera estable y tomando lo mejor de la tecnología blockchain, pero se tienen que hacer bien. A medida que DeFi evoluciona y crece, los altos rendimientos impulsados por programas de incentivos pasarán de ser la norma a una excepción. Lo que viene para la nueva fase de DeFi será una estructura económica más madura, riesgo tomado en cuenta y seguro veremos oportunidades igualmente atractivas.
Es sumamente sano para el ecosistema de cripto tener niveles más apegados a la realidad. Cripto nació para hacernos la vida más fácil y hacer útil al dinero, no para hacernos ricos de un día a otro.
