La propuesta de la Comisión Europea para una moneda digital del Banco Central (CBDC) plantea interrogantes sobre la privacidad. Aunque se destaca la importancia de proteger la privacidad, existen dudas sobre el alcance de dicha privacidad en la propuesta. Esta situación genera una tensión entre las preocupaciones de privacidad y la necesidad de tener capacidades de vigilancia en el euro digital de Europa.
La adopción de un CBDC en Europa y a nivel mundial es crucial para impulsar la inclusión financiera, mejorar la eficiencia de las transacciones y brindar mayor estabilidad económica. Al proporcionar acceso a servicios financieros, eliminar intermediarios y permitir una mayor transparencia en las transacciones, un CBDC promovería el desarrollo económico y la igualdad de oportunidades en el ámbito financiero global.
La Comisión Europea y otras democracias importantes han luchado por lograr una privacidad genuina en las monedas digitales. Aunque defienden la privacidad, también desean tener la capacidad de identificar a los usuarios cuando sea necesario. Esta postura contradictoria debilita la idea de una verdadera privacidad y socava su esencia.
En contraste con las transacciones en efectivo tradicionales, donde no se registran datos identificativos, las propuestas de transacciones sin conexión de los CBDC requerirían que los proveedores de servicios recopilen información como detalles de la transacción, identificadores del dispositivo y números de cuenta. Esta diferencia destaca la presión creciente sobre los desarrolladores centrados en la privacidad y su impacto negativo en la innovación.
En un momento en el que los sistemas de inteligencia artificial utilizan grandes cantidades de datos para manipular a las personas, la tecnología de privacidad se vuelve crucial para proteger la vida personal.
Existen tecnologías como las pruebas de conocimiento cero que pueden mejorar la privacidad en los CBDC. Iniciativas como el Proyecto Hamilton, que involucra a la Iniciativa de Moneda Digital de la prestigiosa universidad, MIT y al Banco de la Reserva Federal de Boston, están explorando modelos que preservan la privacidad para su consideración. Aunque el progreso en este campo es experimental, otros gobiernos podrían aprovechar la oportunidad si Estados Unidos y Europa no lo hacen.
Aún está por verse si Europa puede encontrar el equilibrio adecuado, pero existe la posibilidad de que otros gobiernos lideren el camino en la implementación de CBDC que preserven la privacidad.
Australia, China e India son solo algunos países que están probando diferentes casos de uso para sus CBDC.
En un mundo donde la privacidad es una moneda en peligro de extinción, Europa debe elegir sabiamente: ¿será un líder valiente o un seguidor temeroso en la era del dinero digital?