El Buró Nacional de Estadísticas de China publicó recientemente datos económicos del país en el 2018, según los cuales, la economía china mantuvo un crecimiento estable en general y mejoró su rendimiento, liberando su vitalidad, fuerza motriz y potencial, al tiempo que aumentó su estabilidad, coordinación y sostenibilidad. Por lo que, podemos observar seis puntos culminantes en este desempeño económico no fácilmente logrado.
•La economía se mantuvo dentro de un rango razonable. Tanto el crecimiento de 6.6% como el total, superior a 90 billones de yuanes se encuentran en la mejor línea entre las principales economías del mundo. El índice de precios al consumidor subió 2.1%, la balanza de pagos internacionales permaneció equilibrada y el comercio creció 9.7% interanualmente para alcanzar un nuevo récord de 30 billones de yuanes.
•El empleo continuó estable. Se crearon 13.61 millones de nuevos puestos de trabajo en las zonas urbanas, y es el sexto año consecutivo que la cifra supera los 13 millones. En todos los meses, la tasa de desempleo urbano se situó entre 4.8% y 5.1%, debajo de la meta establecida de 5.5%.
•Se optimizó la estructura económica. El sector servicios representó el 52.2% del PIB, contribuyendo con un 59.7% a su crecimiento. El consumo consolidó su papel como el principal motor de crecimiento, con un aporte de 76.2%. Incrementó la inversión en áreas prioritarias como la manufactura de alta tecnología y equipo. Entretanto, crecieron las ganancias de las grandes empresas industriales y de servicios.
•Se impulsó la reforma estructural por el lado de oferta. Cumpliendo la meta de reducir la excesiva capacidad de producción de acero y carbón, aumentó la tasa de uso de la capacidad productiva industrial. Bajó el ratio de deuda empresarial, y subió la inversión en los eslabones débiles. Creció considerablemente la inversión en la protección ecológica, la gobernanza ambiental y la agricultura. Se impulsó la estrategia para revigorizar las zonas rurales.
•Se desarrollaron nuevas energías motrices. Las industrias tradicionales aceleraron su transformación y modernización, mientras que las emergentes mantuvieron un ímpetu de rápido crecimiento. Sobre todo las nuevas industrias, productos, modalidades operativas y modelos comerciales sirvieron como un fuerte soporte para la estabilización del crecimiento, aumento del empleo e impulso de un desarrollo de alta calidad.
•Mejoró continuamente la vida del pueblo. El PIB per cápita de los chinos sumó casi 10 mil dólares, el ingreso disponible per cápita creció un 6.5%, y el gasto per cápita de los consumidores aumentó un 6.2%. El coeficiente de Engel del país descendió a 28.4%. El pueblo gastó más en el consumo y se sintió más beneficiado y feliz.
El año 2019 coincide con el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China, y será un año crucial para lograr la victoria en la construcción de una sociedad modestamente acomodada en todos los aspectos. Este año, China se enfrentará a un ambiente exterior más complicado y labores de reforma y desarrollo más arduas. Pero al ser una potencia emergente con casi 1,400 millones de habitantes cuyo PIB per cápita se aproxima a 10 mil dólares, y una población de ingresos medios superior a 400 millones de personas, la economía de China tiene gran potencial, suficiente resiliencia, amplio espacio para maniobrar y fuerte resistencia a la presión, además de sólidas bases y recursos para tener un alto crecimiento por un largo plazo. El país goza de la capacidad, las condiciones y la confianza para manejar apropiadamente los riesgos e impulsar el desarrollo económico estable y de alta calidad. China profundizará en la cooperación internacional para la apertura, inclusión y beneficios mutuos, y seguirá jugando el papel de "estabilizador" y "fuente de energía" para la economía mundial.