Hoy es el único día que cuenta, el pasado quedó atrás, el futuro se convertirá en presente y pasará a la historia. Así que hoy, hoy, hoy, como diría aquel. El fin de semana pasado, si lo analizamos desde el punto de vista de la alegría que nos brindaron mexicanos que se han dedicado con esfuerzo, disciplina, sacrificio y trabajo para lograr objetivos muy altos, ha sido histórico. Al conquistar sus sueños para ser alguien, mostrar y comprobar que podemos ser lo que nos propongamos.
Lejos están los mediocres deseos de quienes nos gobiernan, de no aspirar a un completo desarrollo personal y profesional. De intentar hacerle creer a la gente que prosperar es malo, que soñar es para otros y que a esta vida los mexicanos llegaron a conformarse con lo que ellos decidan repartir, una vez tomado el botín claro está. Esos mismos que con su resentimiento criticaron el Gran Premio de Fórmula 1 de la Ciudad de México, pero que se hacen presentes, acomplejados, intentando encajar en una sociedad que está muy por encima de ellos. Y no me refiero a lo económico, me refiero a los valores, a la coherencia y al amor por México.
En lo taurino, el novillero michoacano, Isaac Fonseca cerró su brillante temporada europea llevándose con rotundidad el trofeo al ganador de la Liga Nacional de Novilladas en España. Objetivo logrado, labrado día a día, sin perder la ilusión ante las adversidades. Isaac es hoy uno de los muchos novilleros mexicanos que brillan a nivel mundial, en las grandes ligas del toreo. Ante los novillos fue rotundo. Cabeza fría, un gran concepto, clasicismo, elegancia y buen hacer. Todo fincado en un gran valor, cimentado en la determinación absoluta y total de ser alguien. Sus planes, tengo entendido, son tomar la alternativa en España y venir ya como Matador de Toros. Deseo que se le cumplan y que cuando venga a nuestro país, los profesionales, no le quieran cobrar el peaje de haber seguido su plan. Lejos de eso, espero que, con madurez y pensando en el aficionado, se le pongan las cosas a manera que pueda él demostrar lo que ha hecho allá; ya el toro le dará lo que le corresponda.
Retomando el fin de semana, lo de “Checo” Pérez es de locura. El sueño que comenzó de niño en un kartódromo en Guadalajara, es hoy una realidad que ilusiona, emociona y enorgullece a todos los mexicanos. Sin atajos, dando el máximo día a día, asumiendo las malas tardes, reflexionando y doblegando esfuerzos. Mucha fe y mucho apoyo de otros mexicanos ejemplares que, desde la iniciativa privada, han sido parte fundamental en la construcción de este sueño que provocó el éxtasis que vivió el país al ver a un mexicano triunfar, brillar y destacar en el máximo nivel mundial.
En Quintana Roo, el mismo fin de semana, dos eventos de clase mundial: El Mayakoba Golf Classic donde Carlos Ortiz logra el segundo lugar; orgullo para todos. Y la octava edición del Gran Fondo Nueva York Cozumel con la presencia de tres mil ciclistas amateurs, en sana convivencia y demostrando que el deporte es el futuro de la sociedad. Ambos eventos generaron millonaria derrama económica en el estado y para los mexicanos.
“El Canelo”, pese a sus “conocedores” detractores, triunfa una vez más. Que mal hacen los complejos al país. Somos una nación grande en espíritu y capacidad, sólo depende de nosotros.
De vuelta al toro, el domingo en la Plaza México se presentan tres de los muchos novilleros que tenemos con grandes cualidades y capacidad. Miguel Aguilar, Eduardo Neyra y el debut de Alejandro Adame ante seis novillos de San Diego de los Padres. Precios accesibles, promociones, un cartelazo para el segundo festejo de este corto serial denominado “El Reencuentro”. En la corrida de las Luces, la entrada fue espectacular, que se repita el domingo. La oferta es excelente, sigamos demostrando los mexicanos lo que valemos. La mejor manera de mantener la Fiesta viva es con la presencia de los aficionados en el tendido. Es nuestra responsabilidad y no es menor. Es lo que nos ha tocado, hagámoslo siguiendo el ejemplo de Isaac, “Checo”, Ortiz y “El Canelo”.