El Domingo de Resurrección en Sevilla marca una de las fechas de mayor categoría en el calendario taurino mundial. Viene precedida de una semana pletórica de fervor religioso por las calles de la ciudad cuyo color canta ser especial.
Lo que hace muchos años era una semana íntima, con algo de afluencia foránea a la ciudad, hoy es una multitudinaria contemplación sobre la manera tan suya que tienen los sevillanos de vivir, sufrir y redimirse durante la Semana Santa y dada su forma de ser, generosa y orgullosa, al mostrar sin la arrogancia ni pedantería de otras sociedades, permiten que el mundo entero vibre con los silencios, las saetas, los palios y los pasos que marcan para quien lo entienda, una forma única y espiritual de interpretar la vida, anteponiendo el perdón a la acción, la humildad a la soberbia, todo enmarcado con la mayor categoría de manos que bordan mantos, hombros que levantan pasos y lágrimas que manifiestan la emoción de sentirse humano.
La Real Maestranza de Caballería de Sevilla es un ícono de la ciudad andaluza, recinto visitado por cientos de miles de turistas, sitio donde el toreo es liturgia, el toro religión y la tauromaquia parte de la vida en este rincón de España, seas o no taurino.
La corrida de toros en el domingo en el que Cristo resucitó, marca el inicio del calendario taurino en esta plaza. Desde hace ya décadas el cartel está rematado por todo lo alto, en toros y toreros. Los tendidos que rodean el óvalo dorado se llenan de los más granado de la sociedad hispalense, sol y sombra, lo mejor de cada casa.
Este año marcó también el inicio de la temporada de uno de los mayores genios que ha dado el toreo en su historia, Morante de la Puebla, oriundo de un municipio sevillano a quien en vida la tauromaquia ya considera un genio, capaz de mantener viva esta cultura con base en el estudio e interpretación de formas y maneras de torear, evocando el pasado, reviviendo suertes, testificando el presente y garantizando el futuro siempre que haya una persona con la sensibilidad de captar la profunda belleza y el desgarro emocional que despierta su toreo.
A su lado y celebrando sus bodas de plata como máxima figura del toreo, Julián López el Juli, cuya trayectoria e importancia en el último cuarto de siglo es incuestionable y rotunda.
Desde el Perú, completó el cartel quien está destinado a llevar las riendas del toreo como estructura y negocio, el eslabón con la juventud que ha venido descubriendo que el toreo provoca emociones y sensaciones que ninguna tablet o red social puede despertar en la generación Z, Andrés Roca Rey, líder de dicha generación y un pedazo de torero que, toro a toro, desarrolla una tauromaquia simple de captar para los nuevos del tendido y valorada por los que llevan años siendo buenos aficionados.
Para ellos seis toros de Núñez del Cuvillo, ganadería con cuatro décadas de bravura, con toros inolvidables y un concepto que reúne los puntos cardinales del toro soñado. Ya lo dice el dicho, “el toro no tienen palabra de honor” y esta tarde embistió sólo uno bajo los criterios del ganadero, teniendo como mayores cualidades la bravura y la casta, menos clase, pero sí emoción en su embestida. Frente a él, el Juli, poderoso, pleno, enrabietado, lidiador antes que torero de filigrana, rotundo antes que condescendiente. El madrileño tiene argumentos para competir con el artista, con el poderoso, con el carismático y con el que le echen. El Domingo de Resurrección en Sevilla dejó constancia del porqué esa afición, quizá una de las más sensibles, desde mi punto de vista, le ha abierto la Puerta del Príncipe en cinco ocasiones.
Dos orejas, la segunda excesiva desde lo estético, justa desde el poder de la mano baja y el toreo de muleta arrastrada sobre el dorado albero. Cada año el toreo resucita en Sevilla, como manifestación cultural, como ejercicio de la libertad, como respeto para quien tiene la desgracia de no entender esta cultura.
El Juli celebra este año sus bodas de plata, el próximo domingo lo tendremos inaugurando la Feria Nacional de San Marcos en Aguascalientes en candente mano a mano con Joselito Adame, fecha para no perderse.