La Fiesta Está Viva

Imperdible

En plena campaña de despedida por los ruedos de México, el maestro Pablo Hermoso de Mendoza dice adiós a una de sus plazas icónicas.

Semana de Gran Premio de F1 en México. El autódromo Hermanos Rodríguez será el centro de atención del mundo motor, de los aficionados al automovilismo y de la gente que, sin saber mucho, lo que quiere es vivir la experiencia, tomarse la foto y ser parte de una atmósfera formidable ante uno de los mejores espectáculos que existen, hoy en día, en el deporte y entretenimiento.

Noticieros y reporteros nos colmarán de información, buena, regular y mala. Parecería que esta semana sólo estas piezas maravillosas de ingeniería y diseño ocuparán nuestra atención. Pero no, ni mucho menos, hay vida más allá de la F1 en la capital.

Sin ir más lejos, a 200 km de distancia, en una de las mejores plazas de toros de este país, este viernes 27 a las ocho de la noche, los aficionados y público en general de la ciudad de Querétaro y sus alrededores podrán vivir la magia irrepetible y la emoción que sólo el toreo puede despertar. La familia Torres Landa, una vez más, presenta en la plaza de toros de Juriquilla un cartel verdaderamente imperdible. En plena campaña de despedida por los ruedos de México, el maestro Pablo Hermoso de Mendoza dice adiós a una de sus plazas icónicas.

Le acompañará en este último paseíllo en Juriquilla su hijo Guillermo, quien por sí solo está, tarde a tarde, labrando su camino, con la inmensa responsabilidad del apellido del más grande, con una cuadra fabulosa y la expectación de la gente; que el legado de su padre continúe. A esto que puede resultar abrumador, Guillermo lo ha utilizado para demostrar que es distinto, que no pretende imitar a su padre, pero sí seguir la escuela de jinete y torero con la frescura de la juventud. Su gran compromiso es ser el enlace con la gente de su generación, provocar que jóvenes se aficionen a los toros, así como su padre creó verdaderas hordas de gente que fueron por primera vez a una plaza de toros.

Guillermo es distinto, conecta y tiene la raza de los toreros que trascienden. Su compromiso es tal que abrazó la vocación e inició su propio camino. Siendo tan joven y con pocos años de alternativa está ya a un nivel formidable, la gente puede pensar, bueno la cuadra ayuda, cualquier jinete que monte un caballo herrado con la PH no tiene más que rayar a gran altura. En el adiós de su padre, estoy seguro de que Guillermo comenzará a escribir su propia historia.

En la parte del toreo a pie, el Pollito Torres Landa, heredero de una tradición, visión y pasión por ser empresa taurina, ha rematado el cartel de manera atractiva y con buen gusto. Dos toreros que de suyo tienen un bagaje muy importante cuya tauromaquia es un placer disfrutar. El queretano Octavio García el Payo tiene la personalidad y categoría de figura del toreo. Vive la obsesión de torear bien, de torear despacio, de torear reunido y con la mayor pureza posible. Hoy, en su postura de torero maduro, es un deleite verlo cuajar verónicas imposibles por su lentitud y belleza. Poseedor de una técnica portentosa la cual “esconde” para no ensuciar su toreo. La suavidad y precisión para acariciar los toros es cualidad que pocos poseen y el Payo es uno de ellos.

Completa el cartel el guanajuatense Diego Silveti, ilustre apellido taurino de la dinastía más longeva y con cinco matadores de toros en línea directa: Don Juan Silveti Mañón, don Juan Silveti Reynoso, David y Alejandro Silveti Barry, más el protagonista del próximo viernes. Más de una década como matador, personalidad, gallardía y la honradez para defender un apellido ilustre. Es Diego un torero atractivo por donde se le mire.

La materia prima procede del campo bravo guanajuatense de Marrón, astados que pastan en las afueras de San Miguel de Allende, propiedad de don José Marrón, quien dedica su vida, entre otras cosas, a la crianza del toro bajo su concepto de bravura.

Todo está puesto para que el viernes los privilegiados que asistan vivan una experiencia inolvidable de toros.

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