Cada corrida de toros genera una gran cantidad de lecturas, desde el análisis ganadero con el comportamiento de los toros, sus hechuras, la bravura, la intensidad y forma de embestir, por ejemplo, hasta el qué y el cómo de los toreros; hablamos de técnica, distancia y valor, cuando en realidad perdemos el objetivo de lo complejo y casi acto milagroso, que es torear.
Una de las lecturas que hago acerca de estas últimas tres corridas de toros en La Plaza México, el 3, 5 y 9 de febrero, es que se comienzan a ver frutos ante la apuesta de la empresa de hacer combinaciones distintas, repetir a los triunfadores, así como crear fechas claves, como el 5 de febrero —que viene ya de años atrás—, el 12 de diciembre, y desde el domingo pasado, resucitar el "Estoque de Oro", logrando cada vez, con mayor efectividad, interpretar el gusto y lo que quiere ver el aficionado a los toros, tema complicado por donde se le mire.
El "Estoque de Oro" ha sido una gran tarde de toros, un logro empresarial reunir un cartel de tal categoría, por España: Enrique Ponce, Antonio Ferrera y Morante de la Puebla; por México: José Mauricio, Joselito Adame y Luis David; ante toros de Julián Hamdan, La Joya, Bernaldo de Quirós, Xajay, Reyes Huerta y Las Huertas, respectivamente. Sobresalieron el de La Joya, Xajay y Reyes Huerta, siendo "Tocayo" (de La Joya) indultado por su bravura y comportamiento durante su lidia a manos de Ferrera, que ya ha conectado con México, con su gente, con sus toros y con la inmensa sensibilidad de sus aficionados.
Ponce, Morante y Luis David no tuvieron mayores opciones con sus toros. Ferrera, José Mauricio y Joselito nos hicieron vibrar, gritar, emocionarnos, angustiarnos y gozar con tres faenas intensas, donde los toros fueron cómplices consagrados de la tarde en la que la Fiesta una vez más demostró su potencial de emocionar como ningún otro espectáculo en el mundo.
La vida como recompensa a la bravura, con el indulto de "Tocayo", que regresará al campo para heredar su bravura y fenotipo a las siguientes generaciones de toros y vacas. Recompensa también para José Luis Alatorre, José Antonio González y Arturo Gilio, quienes en sociedad trabajan para mantener y potenciar el encaste Parladé vía Domecq en México, y que en "Tocayo" tienen a un animal hermoso de hechuras, cuyo comportamiento manifestó a gran altura las cualidades de embestida, prontitud, fijeza e intensidad de lidia durante la ya inolvidable faena de Ferrera, que como viene siendo costumbre, se rompió en emoción y entrega, haciendo vibrar al público de La México, que rugía desde el momento en el que "Tocayo" se arrancaba de más de 20 metros de distancia hasta llegar a la muleta del hispano y comenzar juntos la más bella danza: la del toreo; en episodios, más que tandas, en capítulos literarios, más que muletazos, y en pinceladas, más que en remates.
Ferrera, sin usar la espada, se ganó el "Estoque de Oro", ejemplo de que la tauromaquia es vida y arte. La generosidad del hispano ante la bravura de "Tocayo" fue total, dejándole lucir y logrando el indulto.
José Mauricio cortó una oreja a un bravo toro de Xajay, con el cual anduvo intermitente.
Joselito tuvo otra tarde contundente en Insurgentes ante un buen ejemplar de Reyes Huerta, que fue a más conforme el hidrocálido le iba haciendo las cosas a favor del toro. Faena intensa, de toreo por bajo y cercanías, voltereta y drama, la verdad del toreo. Dos orejas, para que sean siete en total durante la Temporada Grande. El sitio se defiende y mantiene así, es la única manera.
El próximo domingo termina la Temporada Grande con tarde histórica para la plaza y el rejoneo: el maestro Pablo Hermoso de Mendoza le confirmará la alternativa a Guillermo, su hijo; mucho tiene que ver México en esta gran historia, vivamos con orgullo y pasión este acontecimiento ante toros de Los Encinos para rejones, y de Santa Fe del Campo para los dos triunfadores nacionales que rematarán el cartel a pie, y que al momento de escribir estas líneas aún no se definían.