Apuntes Globales

La relevancia de la próxima elección legislativa en Estados Unidos

A pesar de que las encuestas en Estados Unidos aún no reflejan la esmerada actuación de Biden, el escenario de guerra favorece al Ejecutivo en turno.

Las encuestas señalan que los republicanos tienen una alta posibilidad de regresar al control de ambas cámaras legislativas en la elección intermedia del próximo 8 de noviembre. De consumarse el triunfo republicano, tendría tres serias implicaciones.

Primero, se truncaría por completo la presidencia de Joe Biden. En Estados Unidos, a diferencia de México, el partido que tiene mayoría en una cámara se hace merecedor de todas las presidencias de comités y subcomités. Es decir, controla el proceso legislativo. En México el control de las comisiones es proporcional al número de escaños que ostenta cada partido. Es decir, los republicanos en el legislativo le frenarían todo a Biden, quien llegaría con las manos vacías a 2024, año de elección presidencial.

Segundo, le pavimenta el camino de regreso a Donald Trump hacia la Oficina Oval. Y si regresa Trump, ¿quién lo va a sacar de la Casa Blanca?

Nuestro vecino del norte ha sido el modelo de la democracia liberal en el mundo durante los últimos dos siglos. No hay duda de que México y las democracias de América Latina se han inspirado en el modelo estadounidense. Sin embargo, hoy su sistema democrático está comprometido por dos grandes factores.

Se durmieron en sus laureles y no reformaron su sistema electoral. El Colegio Electoral es arcano. Carece de una autoridad central. Sobrerrepresenta a los territorios rurales con menos población. Los republicanos han conquistado la presidencia en dos ocasiones en los últimos 18 años –2004 y 2016– habiendo obtenido menos votos que el Partido Demócrata.

Y para que funcione la democracia se requiere que ambos partidos políticos observen las reglas y, en ese sentido, acepten el triunfo del rival. El Partido Republicano se ha movido a la extrema derecha. Hoy es más conservador que, incluso, el Frente Nacional de Marie Le Pen en Francia. Y sin evidencia alguna, sigue insistiendo en que la elección de Biden fue fraudulenta.

Estados gobernados por republicanos, como Texas, ya lograron incrementar los obstáculos para inhibir el voto demócrata, en especial las minorías étnicas, como los afroamericanos y los latinos. Bajo la nueva regulación del voto por correo, en esta temporada primaria, se invalidó 13 por ciento de boletas en ese estado. Representa un incremento extraordinario en comparación con menos del 1 por ciento de votos por correo invalidados en la elección de 2020.

Tercero, debilitará al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, el presidente Joe Biden, en contexto de guerra. La invasión de Rusia a Ucrania es una guerra de proximidad para Estados Unidos. Pone en tela de juicio la Paz Americana, el extraordinario periodo desde el final de la Segunda Guerra Mundial de paz y prosperidad en el viejo continente.

Esta semana Biden viajó a Bruselas, sede de las principales instituciones de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y a Polonia, el país que ha recibido a más refugiados de Ucrania, con el fin de fortalecer la coalición.

Ante al asecho republicano, Biden evoca al emperador desnudo. Sus aliados y, en especial, sus enemigos lo saben: si pierde la elección intermedia, será un presidente seriamente debilitado y se abre el telón para el regreso de Trump a la Oficina Oval.

Ahora bien, el mismo escenario de guerra le ha dado una nueva oportunidad a Biden. En buena medida, gracias a su gestión la OTAN está de pie y elevándole los costos a Putin, tanto económicos y financieros como en la misma zona del conflicto.

Los analistas de Francia consideran que Emmanuel Macron logrará la reelección ayudado por el papel diplomático que ha jugado intentando prevenir la invasión rusa.

A pesar de que las encuestas en Estados Unidos aún no reflejan la esmerada actuación de Biden, me parece que el escenario de guerra favorece al Ejecutivo en turno.

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