Apuntes Globales

Los dilemas de descalificar a Trump

La participación de Trump en la insurrección del Capitolio el pasado 6 de enero de 2021 claramente lo invalida de aparecer en la boleta electoral.

La sorpresiva decisión de la Corte Suprema de Colorado de invalidar a Donald Trump de aparecer en la boleta electoral de ese estado estremeció a todo el sistema electoral y judicial del vecino país.

Por una votación de cuatro a tres, el tribunal decidió inhabilitar a Trump. La sección tercera de la 14A Enmienda constitucional señala que no podrán ser electos aquellos funcionarios que han participado en contravenir el orden constitucional.

Es un precepto jurídico de finales de la guerra de Secesión, en la segunda mitad del siglo 19. Los federalistas no querían que los confederados llegaran a la Presidencia o a la gubernatura de un estado y, desde allí, iniciaran otra vez una intentona de separación.

La participación de Trump en la insurrección del Capitolio el pasado 6 de enero de 2021 claramente lo invalida.

Nunca en la historia presidencial se había utilizado esta cláusula. Nunca un presidente había, como lo ha hecho Trump, el Ejecutivo número 44, traspasado tantos límites.

Seguramente la sentencia de Colorado será retomada por la Corte Suprema de Estados Unidos. También es probable que otros estados decidan invalidar a Trump, lo cual presionará aún más al Tribunal  Supremo para tomar el caso en sus manos antes de la elección del 5 de noviembre próximo y hacer una decisión para todo el país, es decir, los 50 estados.

¿Qué implicaciones tendría la sentencia del órgano máximo del sistema judicial? ¿Y cómo se espera que se pronuncie?

Los alcances de una decisión de la Corte son enormes. Enfrenta un serio dilema: los nueve ministros deben respaldar la Constitución o la democracia. De respaldar a Colorado, estarían haciendo justicia a favor de la Constitución, pero a la vez estarían tomando una decisión por los 330 millones de estadounidenses, es decir, eliminando la voluntad del electorado.

Ruth Marcus, una respetada columnista liberal de The Washington Post, señala que deben ser los electores quienes tomen la decisión.

Los académicos constitucionalistas conservadores William Baude, de la Universidad de Chicago, y Michael Stokes Pausen, de la Universidad de St. Thomas, sancionan que el expresidente es inelegible para la Presidencia, pues es innegable que participó en una insurrección y, por tanto, violó la Constitución.

Ahora bien, la Corte Suprema, gracias a tres nombramientos de Trump, tiene una clara mayoría conservadora, seis contra tres. Aunque el argumento legal de Colorado es impecable, la mayoría de los analistas en Estados Unidos opina que, si bien será una decisión difícil y que la propia Corte hubiese deseado no pronunciarse, seguramente se decantará en contra de Colorado y por dejar que sean los electores los que tomen la decisión.

Políticamente, la decisión de Colorado va en la línea de las decenas de acusaciones judiciales a Trump. Lo benefician. La retórica que han instalado Trump y sus seguidores es muy efectiva y es esgrimida sin parar por la prensa conservadora: como no pueden en las urnas, lo quieren frenar en las cortes.

No sólo los demócratas, sino todos los observadores de las tropelías de Trump nos preguntamos: ¿hasta dónde están dispuestos los republicanos a apoyar a un aspirante que claramente no reconoce ni a la ley ni a las instituciones.

La respuesta es siniestra pero contundente: los seguidores de Trump, rondando 40% de los electores, están dispuestos a todo con tal de no compartir los beneficios de ser estadounidense con las minorías raciales, sexuales y liberales.

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