Muchas Mipymes mexicanas aún no se deciden a entrar cuando menos a la tercera, y ya se va haciendo urgente empezar a comprar un boleto para viajar sin escalas a la cuarta. Y la brecha es especialmente amplia en la industria de la construcción.
Hace unos cuantos días tuve la oportunidad de estar en Acapulco participando en el Encuentro de Industriales que llevó a cabo la Concamin, y ahí Alejandro Preinfalk, presidente y CEO para México, Centroamérica y el Caribe, SVP de Digital Industries en Siemens la hizo de moderador de un panel con el tema ‘Industria 4.0′, en el que pudimos escuchar interesantes testimonios de la presidenta de SAP México, Angela Gómez Aiza, y de Rodrigo Fernández Martínez, director general de Sigma Alimentos, empresa perteneciente al conglomerado industrial Alfa, acerca de cómo la cuarta revolución industrial será fundamental para incrementar la competitividad y sostenibilidad de las empresas de todo tipo y giro, en la presente década.
El término ‘cuarta revolución industrial’ a la que también se conoce como ‘Industria 4.0′, fue acuñado en 2016 por el fundador del Foro Económico Mundial Klaus Schwab.
Ya la tercera revolución industrial se refiere al avance de la tecnología mediante los dispositivos electrónicos que hoy conocemos y son muy comunes. Esta etapa comenzó en los años ochenta del siglo pasado y se considera que aún se encuentra en curso, pero ahora nos encontramos ante el umbral de la cuarta, que va más allá de la simple conversión de una magnitud física o señal analógica en una representación digital.
El mundo se encuentra próximo a una verdadera explosión disruptiva tecnológica, que sucederá muy pronto y que significará el ingreso a la cuarta, donde quedarán literalmente borrradas todas las líneas que marcan las fronteras entre las esferas física, digital y biológica.
Esto permitirá abrir el paso para encontrar nuevas formas de integrar la tecnología a las sociedades, y convertirse en elemento crucial para la mejora drástica de la eficiencia en las empresas, además de ayudar a regenerar el entorno natural mediante una mejor gestión de los recursos y los activos para la producción.
Como presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Yucatán, mi mayor interés está en que las empresas de esta industria adquieran los conocimientos y adopten la actitud necesaria para transitar hacia esta transformación tecnológica, ya que de no hacerlo se ampliará el rezago que ya padecemos.
Muchas de las empresas del sector manifiestan dificultad para encontrar al interior de sus empresas los espacios para que esta innovación se haga presente, y que verdaderamente cause un impacto sensible y positivo en su productividad, reduciendo costos y haciendo más eficientes los procesos mientras eleva la calidad y la sostenibilidad de los proyectos.
Por eso son necesarios más foros, más paneles, más testimonios de quienes lo han logrado que las herramientas se encuentren disponibles y asequibles, para que más empresas mexicanas, de todos los tamaños y todas las industrias, nos dispongamos a iniciar este viaje tecnológico que nos conducirá a un buen destino.
Raúl Asís Monforte González.
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