Construyendo

¿Qué sigue en la lucha contra el cambio climático?

En los años venideros, seguramente estaremos atestiguando cómo el cambio climático se cuela a las urnas electorales en todo el mundo.

Dos años de pandemia alimentaron la esperanza de que al iniciar la recuperación económica sería el momento clave para dar el golpe de timón y generar el ansiado punto de inflexión que el mundo estaba necesitando alcanzar, para encaminarse claramente hacia una reducción de emisiones sostenida que llevara al Net Zero en 2050.

Pero cuando la maquinaria económica global apenas empezaba a moverse, vino la invasión rusa en Ucrania y le metió el pie para hacer descarrilar estrepitosamente sus intenciones de teñirse de color verde.

En los años venideros, seguramente estaremos atestiguando cómo el cambio climático se cuela a las urnas electorales en todo el mundo. Ya desde el año pasado los australianos echaron afuera a un gobierno que en casi una década en el poder, convirtió sus promesas de reducción de emisiones causantes de calentamiento global, en mucha palabrería y casi nulas acciones efectivas. Los votantes están exigiendo compromisos cada vez más reales con las acciones verdes y eso seguramente pesará fuerte en los procesos electorales que se avecinan en 2024 en países como Estados Unidos, India, Reino Unido y México.

Quizá la crisis energética actual en combinación con la aún elevada inflación, estén acelerando en lugar de entorpeciendo los avances hacia un mundo más verde.

La Unión Europea está avanzando rápidamente en la formalización de su Pacto Verde, una serie de reformas regulatorias y subsidios de gran escala que impulsarán a sus 27 países miembros a reducir su consumo energético y hacer más limpias sus fuentes de obtención de energía, misma que posibilitará que alcancen la tan deseada neutralidad climática en 2050.

En Estados Unidos, un sorpresivo giro del senador Joe Manchin durante el verano, permitió la aprobación de la ley climática más ambiciosa de todos los tiempos en la historia norteamericana. Ese tan esperado e inmenso apoyo estatal a las tecnologías verdes, ha logrado que la política climática transite de la fase colaborativa a la competitiva.

Francia anunció una ley de industria verde para evitar que las empresas de ese país sean barridas por los incentivos climáticos estadounidenses.

Todos estos incentivos acelerarán el desarrollo y la masificación de tecnologías verdes como nunca antes, alentando a las compañías existentes a emprender el tránsito hacia mejores prácticas sostenibles en los negocios, expulsándolas de su zona de confort para obligarlas a innovar y encontrar soluciones más creativas.

A pesar de haber tenido que salvar obstáculos como las crecientes tasas de interés, la caída de los precios de las acciones en bolsa y una inflación persistente, la mayoría de las empresas duplicaron sus metas climáticas.

Sin duda, 2023 será un año para salvar obstáculos y fortalecer las ventajas competitivas, la lucha para detener el cambio climático debe continuar y alcanzar el éxito, no hay sitio para el pesimismo.

México necesita con urgencia recuperar el rumbo y enfilarse a las energías limpias y renovables, la tardanza añade más costo cada día, el desarrollo sostenible ya no admite más demoras.

Raúl Asís Monforte González.

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