Construyendo

Ante la incertidumbre ¿Qué podemos predecir para la construcción?

Hoy es exigencia generalizada, que edificios y otras obras de infraestructura, sean capaces de tener un desempeño adecuado en muchos más aspectos que nunca, opina Raúl Asís Monforte.

El entorno de la construcción en México ha sido siempre tan incierto como volátil, y además, en los últimos años, ha experimentado cambios drásticos impulsados por fenómenos políticos, financieros, tecnológicos y logísticos, agravados debido a la pandemia y a eventos internacionales como la interrupción de las cadenas de suministro y la inestabilidad social y geopolítica global.

A pesar de este cambiante entorno, es posible identificar algunas tendencias que nos muestran hacia dónde nos dirigimos en el mediano plazo.

Hoy es una exigencia generalizada, pero también una necesidad, que los edificios y muchas otras obras de infraestructura, sean capaces de tener un desempeño adecuado en muchos más aspectos que nunca, especialmente en temas ambientales, sociales y económicos.

Antes, los clientes pedían a los diseñadores y constructores básicamente un edificio seguro (que no se vaya a caer) y barato. Hoy el costo inicial de construcción o de adquisición ya no es tan importante como su costo total durante todo su ciclo de vida útil; se ha vuelto algo deseable que el edificio contribuya a mantener o mejorar la salud de sus ocupantes, cuidando las tasas de intercambio de aire, los niveles de iluminación y su tipo, la temperatura, los niveles de ruido; el desempeño energético ahora es vital y parte fundamental de esta nueva tendencia que tiene que incluir la obtención de la necesaria energía desde fuentes limpias y renovables, y estrictas medidas de eficiencia energética que reduzcan su huella de carbono o permitan alcanzar la neutralidad completa.

De modo que, seguramente atestiguaremos la optimización de los diseños mediante nuevas herramientas sostenibles que permitirán alcanzar resultados específicos y los objetivos propuestos de desempeño para encarar con éxito el cambio climático. Esto transformará la forma como se gestionan los proyectos, desde un edificio individual, hasta un barrio o toda la ciudad.

Paralelamente, será necesaria una profunda evaluación y armonización del marco regulatorio que garantice y acelere el cumplimiento de las metas sosteniles. Los costos de la energía continúan incrementándose en todo el mundo, por lo que debe apresurarse y priorizarse la eficiencia, la transición y la descarbonización. Como ejemplo de esto, en el Reino Unido es obligatorio hoy que las casas nuevas generen un 30 por ciento menos de emisiones de CO2 lo que obliga a incidir desde las etapas más tempranas de diseño para alcanzar estos niveles de reducción.

Otra gran tendencia en la industria de la construcción, es la transformación digital que atrae innovación. Las nuevas herramientas digitales impulsadas por datos continuarán expandiéndose para ofrecer mejores resultados mediante la interoperabilidad que optimiza el flujo de trabajo entre herramientas, procesos y colaboradores. Veremos cada vez más aplicaciones de inteligencia artificial y automatización integrándose a las disciplinas de la arquitectura, la ingeniería y los negocios.

Todo este entorno alrededor de los datos, el trabajo colaborativo, las plataformas en la nube, mientras el sector encuentra maneras de incidir en el desarrollo sostenible, proteger la biodiversidad, combatir el cambio climático y mejorar los sistemas urbanos, dará como resultado una nueva inteligencia colectiva que generará ciudades mejor preparadas para afrontar la incertidumbre, pero también aprovechar las oportunidades que depara el futuro.

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