Construyendo

¡Mujer, no renuncies!

A pesar de que un 20 por ciento de las personas que se gradúan de ingeniería son mujeres, solamente un 11 por ciento de los ingenieros practicantes son del sexo femenino.

Algunas quizás lo hagan porque sienten que no progresan en su trabajo actual, otras probablemente se desaniman cuando un par de proyectos tropiezan o por lo menos no caminan como ellas habrían deseado. Persisten hasta hoy muchos prejuicios e ideologías machistas, que derivan en acciones discriminatorias hacia las mujeres que laboran en la industria de la construcción y la ingeniería, afectando su desempeño laboral y generando un desánimo profundo que las hace pensar seriamente en desviarse de su carrera. En general, cuando se trabaja en ciertos sistemas productivos corporativos, el mismo entorno conduce a las mujeres a sentirse invisibles, frustradas o infravaloradas.

Un estudio llevado a cabo por el Institute for Employment Studies, evaluó la cantidad de ingenieros o personas que laboran en la industria de la construcción que abandonaron su carrera en este sector en la década de 2010 a 2020 y se encontró que las mujeres están abandonando esta profesión a una tasa de alrededor del doble que los hombres.

Antes solía atribuirse la alta tasa de deserción entre las mujeres, especialmente aquellas entre los 25 y los 35 años de edad, al deseo de iniciar la formación de una familia, pero según este mismo estudio, ese ya no es el caso. Ahora la razón principal es que están batallando mucho para alcanzar sus metas debido a que llegan a un punto en el que se topan con barreras u obstáculos entre los que se encuentran la discriminación y los sesgos dentro de una cultura machista que genera ambientes de frialdad, con carencia de flexibilidad en los modelos y pautas laborales asociadas a normas en las que predominan las excesivas cargas de trabajo y una especie de expectativa de disponibilidad permanente, escasas oportunidades y recursos para desarrollar una carrera exitosa, carencia de modelos y roles, aislamiento y falta de soporte.

Por separado, otro estudio encontró que a pesar de que un 20 por ciento de las personas que se gradúan de ingeniería son mujeres, solamente un 11 por ciento de los ingenieros practicantes son del sexo femenino, y que de todas las mujeres que terminaron estudios de posgrado en la materia, solamente el 62 por ciento continúan laborando en esta industria, siendo la falta de oportunidades para progresar en sus carreras una de las razones más mencionadas entre las que declinaron continuar laborando en el sector de la construcción.

Una encuesta del Institute for Women’s Policy Research reveló que cerca de la mitad de las mujeres que manifestaron tener el deseo de renunciar, admitieron como la principal razón de esto a faltas de respeto o discriminación en razón de género. Así que, no es que estén haciendo falta oportunidades en el sector STEM, sino que la cultura prevaleciente está fallando en hacer accesibles estas oportunidades en condiciones de equidad para todos.

A las empresas podría estarles costando hasta el doble del salario anual de una persona encontrar un reemplazo cuando renuncia un colaborador, por lo que es mucho dinero el que estarían perdiendo si permiten que una pobre cultura laboral impulse a las mujeres a presentar su renuncia.

Por favor mujer, no renuncies, no te rindas, mejor construyamos juntos una cultura laboral más justa y equitativa para todos en la industria de la construcción.

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