Construyendo

Megatendencias y su impacto en la industria de la construcción

Tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la impresión 3D están cambiando la forma de construir y gestionar proyectos.

En la próxima década, las empresas de todos los sectores deberán adaptarse a profundas transformaciones impulsadas por las megatendencias emergentes. Estos cambios estructurales no solo modificarán los negocios y las trayectorias profesionales de las personas, sino también la manera en que interactuamos y vivimos.

En la industria de la construcción, que ya enfrenta grandes retos en sostenibilidad, digitalización y eficiencia, estas tendencias serán especialmente significativas, marcando un cambio en la forma de trabajar y en la relación con los clientes y empleados.

Una de las principales megatendencias es la digitalización y automatización. Tecnologías como la inteligencia artificial (IA), la realidad aumentada y la impresión 3D están cambiando la forma de construir y gestionar proyectos. En la construcción, esto se traduce en procesos más ágiles, menores tiempos de ejecución y reducción de costos.

La digitalización permite a las empresas utilizar modelos de construcción virtuales (BIM) y gemelos digitales, para diseñar, planificar y administrar obras de manera más precisa, minimizando los errores. Las empresas que no integren estas tecnologías podrían quedarse atrás en una industria que cada vez demanda mayor precisión y eficiencia.

Otra tendencia relevante es la sostenibilidad y el enfoque en el cambio climático. Las nuevas normativas, tanto internacionales como locales, exigirán que las empresas construyan de manera responsable, utilizando materiales reciclables y reduciendo las emisiones de carbono.

La industria de la construcción es responsable de un porcentaje significativo de las emisiones globales de CO₂, y, en respuesta, las empresas están comenzando a adoptar prácticas más sostenibles, como el uso de materiales ecológicos y energías renovables. Los consumidores, cada vez más conscientes del impacto ambiental, favorecerán a las empresas que demuestren un compromiso genuino con la sostenibilidad.

Asimismo, la flexibilidad y el bienestar en el trabajo serán factores claves en la próxima década. Con el auge del trabajo remoto y las políticas de bienestar, las expectativas de los empleados han cambiado drásticamente.

En el sector de la construcción, que tradicionalmente requiere trabajo presencial, será fundamental implementar políticas de flexibilidad en la medida de lo posible y crear condiciones laborales seguras y satisfactorias para los trabajadores en obra. La retención de talento dependerá de que las empresas puedan adaptarse a estas nuevas expectativas, promoviendo un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.

La globalización e interconectividad también seguirán siendo megatendencias en los próximos años, permitiendo a las empresas de construcción expandirse más allá de sus fronteras y trabajar en proyectos internacionales. La interconectividad global facilita el acceso a tecnologías y materiales innovadores, además de permitir la colaboración en proyectos multinacionales. Sin embargo, este avance también requiere una mayor adaptación a las regulaciones y normas culturales de diferentes países.

Las megatendencias de la próxima década transformarán profundamente la industria de la construcción y el entorno empresarial en general. Las empresas que deseen prosperar en este contexto deben adoptar la digitalización, fomentar la sostenibilidad, mejorar las condiciones de trabajo y adaptarse a un mercado cada vez más globalizado. Las organizaciones que logren adaptarse a estos cambios podrán no solo mantener su competitividad, sino también contribuir positivamente al desarrollo económico, social y ambiental en el largo plazo.

E-mail: raul@mienergiamx.com

Facebook: Raúl Asís Monforte González

Twitter-X: @raulmonforteg

COLUMNAS ANTERIORES

Sostenibilidad y equidad, esenciales para conservar colaboradores
El colapso del contexto, fronteras que se esfuman

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.