Otros Ángulos

Dos Bocas, una desastrosa decisión

Nadie construye refinerías por incosteables, contaminantes y por ser un tributo a una tecnología del pasado, salvo, claro, López Obrador.

A la familia LeBarón

y a las miles que soportan

el peso de su tristeza

Qué rabia escribir de lo que sea cuando el presidente constitucional se recrea con un jugador de beisbol en vez de acudir al sitio donde acaba de ocurrir una aberrante tragedia que ni Dante hubiera descrito.

Comencemos con los datos duros e irrebatibles: el combustible fósil, por agresivo a la salud planetaria, a pasos acelerados, comienza a ser sustituido salvo aquí en México por decisión errónea tomada por un patriarca antropocéntrico. Nadie construye refinerías por incosteables, contaminantes y por ser un tributo a una tecnología del pasado.

Mientras Pemex sólo en el último trimestre perdió 88 mil millones de pesos (empresa quebrada), las fuentes de energía renovables en el mundo ofrecen ganancias crecientes. Tomemos el ejemplo de Alemania. Durante el periodo 2010 a 2015, el gobierno alemán destinó más de mil 200 millones de euros a la investigación sobre las energías eólicas y solares. Crearon una ley que obliga a las empresas a comprar prioritariamente este tipo de electricidad. Todo esto enmarcado dentro del Consejo Europeo, que incluye un plan obligatorio de eliminar el 30 por ciento de emisiones fósiles tan solo en un lustro. Cero refinerías de petróleo y dirigir los esfuerzos a energías renovables. Alemania es el líder mundial en energía eólica con 33 mil 730 megawatts (MW) instaladas hasta 2014 y produce un tercio de ese tipo de energía en el mundo.

En 2005 iniciaron la construcción de su primera planta eólica marina en la isla Borkum en el Mar del Norte sin ninguna interrupción a pesar de tres cambios de gobierno diferentes. Huelga decir que son proyectos de Estado y no están sujetos a ninguna ocurrencia genial y desorbitada.

Europa aporta el 76 por ciento de la energía eólica mundial y su crecimiento es de 17 por ciento anual. Desde que se inició en 2004, la rentabilidad de esas plantas les ha permitido crear 319 mil empleos calificados y continúa creciendo. Para el 2025, generarán energía suficiente para atender las necesidades de 150 millones de hogares europeos y crear cerca de tres millones de empleos. Entre otras, las empresas más competitivas son Enercon, Nordex, Planbeck y EnergieKontor.

En cuanto a energía solar, comencemos con el abasto. En promedio, Alemania tiene tan solo un tercio del número de días con sol con que cuenta nuestro país. A veces, menos. Sus plantas solares produjeron en 2017-18, a la hora del medio día, 22 mil megawatts por hora (MWh) de energía, lo que equivale a la potencia de generación de 19 plantas nucleares. Mismas que han comenzado a reemplazar. El año pasado, alcanzaron los 24 mil MWh y la energía limpia, sigue subiendo al igual que los puestos de trabajo.

¿Cuánto cuesta la instalación de plantas solares? El equivalente a un quinto de la refinería más pequeña y barata que se estima en 317 mil millones de pesos. La diferencia es enorme y los indicadores en todos sentidos son abrumadores: cero contaminación; creación de empleos; seguridad ante riesgos de explosión y diseño de hogares, fábricas, comercio, estímulo turístico y motores de vehículos totalmente diferentes.

Ese crecimiento conlleva mayor investigación científica y ahora se piensa impulsar 15 laboratorios para eliminar totalmente al carbón y utilizar el hidrógeno como elemento propulsor en las nuevas plantas, y con ello facilitar motores de automóviles silenciosos con solo una carga de energía cada seis mil kilómetros al precio de lo que hoy cuesta un litro de gasolina Magna o Premium mexicanas. ¡Asombroso!

Los datos sobre la generación de energías renovables en Asia y Norteamérica no son despreciables y si bien hoy Europa despunta como líder en su conjunto, el México de esa indefinible cuarta transformación, ineluctablemente nos lleva al siglo XVIII en cuanto a la visión de nuestra realidad económica y social para desembocar en el infierno dantesco en cuanto a nuestra vulnerabilidad y seguridad individual y colectiva.

Con refinerías obsoletas construidas sobre un manglar, ¿cómo podemos integrarnos a la lucha por mejorar el medio ambiente; con qué cara responder a los retos actuales y del mañana?

Claro, ¡festejando el beisbol!

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