Otros Ángulos

Ignorancia, impericia, improvisación, impunidad

El escenario que vivimos en estas horas nos lleva a la alta posibilidad de que la deuda crediticia de Pemex baje su calificación, y con ello la deuda nacional.

Es cierto, la revista Bloomberg Businessweek califica a Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, como un hombre sereno, pero no desmenuza el hecho de que haber sido secretario de Finanzas del DF no le dio el conocimiento de la complejidad que tiene el manejo de la SHCP federal.

Llegó al puesto con magnífica disposición, pero eso no ha sido suficiente para saber sobre la extensión y profundidad de todo lo que abarca esa posición. Quiero referirme a lo concreto. Entre otras cosas, no sabía que hay carreteras de pago ajenas a Capufe, que dependen de Hacienda, y que al momento de tomar posesión del cargo ya debían de haberse renovado los convenios con todas y cada una de ellas. En el caso de Pemex, ni él ni el director general sabían sobre la renovación inmediata de contratos en la importación de gas, gasolina, diésel, turbosina. Ahí radica la semilla de lo que hemos vivido. Aún más, al querer remediar la calificación de Pemex para que la deuda y los planes de la industria petrolera se vieran mejorados, Urzúa fue con su subsecretario y el director financiero de Pemex a Nueva York.

Ya los esperaba el road show organizado y pagado al Barclays Bank, que se encargó de reunirles a 105 importantes inversionistas, calificadores, analistas y expertos. El equipo mexicano desarrolló ante ellos un discurso lineal, con soluciones y proyectos domésticos. Al grupo que los escuchaba les importó poco. Ellos querían saber de números y desarrollos financieros a futuro. No hubo tal. El informe de Barclays fue contundente: a la concurrencia la reunión les pareció inocua. El resultado ha sido que la calificación crediticia de Pemex está en riesgo de degradarse este año.

"El Presupuesto de México exige un gasto de capital más elevado en Pemex para 2019, pero creemos que se mantendrá muy por debajo de lo que necesita para estabilizarse y, eventualmente, elevar la producción". Advirtieron a la empresa en el informe Pemex, Crude Awakening Initiating at Underweight.

Un verdadero fracaso que se acompañó de la ausencia de firmas para que cinco grandes empresas surtieran gasolina premium, magna, diésel y hasta turbosina. Hasta once buques-tanque aguardaron durante semanas en el Golfo de México para que se reanudaran los contratos y descargaran los combustibles en las terminales de abastecimiento que se encontraban vacías. De ahí la escasez, tal como ha reportado el historiador y periodista independiente Héctor Aguilar Camín.

Nos dicen que el editor de Nexos, Juan Pablo García Moreno, rastreó que el desabasto comenzó a notificarse en noviembre, y concretamente registrado en la prensa el día 2 de diciembre en Michoacán; el 3 de diciembre en el Valle de Toluca; el 12 de diciembre en Querétaro y Guanajuato; el 17 del mismo mes en los municipios de León, Irapuato, Salamanca, Celaya, así como en los estados de Puebla, Estado de México y Jalisco. Todo esto ocurrió durante el mes de mayor consumo del año debido al movimiento generado por las fiestas de fin de año.

Por ello mismo, el 27 de diciembre, en Tamaulipas, el presidente ordenó cerrar los ductos para lanzar una irrefutable campaña contra el hurto de combustibles. El resto todos lo sabemos y lo hemos padecido, unos más que otros. Los sacrificios han corrido desde las interminables filas de autos queriendo abastecerse, hasta la inexplicable y dolorosa muerte de un centenar de personas.

El escenario que vivimos en estas horas nos lleva a la alta posibilidad de que la deuda crediticia de Pemex baje su calificación, y con ello la deuda nacional aumente con las consecuencias que todos podemos calcular. Este escenario puede empeorar, ya que la entrega de combustibles por pipas no garantiza ni suple el abasto a través de la extensa red de ductos de la empresa petrolera.

Hoy no se ve cuál es el plan de combate que nos lleve a terminar con las mafias que controlan el robo de ductos, la trata de mujeres, el trasiego de drogas y armas, el secuestro, el chantaje de cobro de piso y una variedad de ilícitos que se renuevan constantemente dado que su impunidad pareciera garantizada.

COLUMNAS ANTERIORES

La austeridad republicana mata
García Luna, un productor de televisión

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.