En coincidencia con la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador por los territorios controlados y con presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización criminal envió un mensaje al Estado mexicano mediante un video, masivamente circulado el viernes, donde aparecen decenas de presuntos miembros del grupo, con fusiles de alto calibre y 19 vehículos blindados, en cuyas portezuelas lucía el sello de 'Fuerzas Especiales'. A primera vista, este ejército de Nemesio Oseguera, El Mencho, su fundador y líder formal, impresiona. Visto más en detalle, es menos poderoso de lo que aparenta.
El video tiene dos presentaciones, prácticamente idénticas, pero diferentes en tiempo. Una dura dos minutos con 13 segundos y la otra de dos minutos con 50 segundos. Es un paneo de toda la columna armada, donde aparecen más de 75 supuestos integrantes del CJNG, vistiendo uniformes tácticos con la bandera de México cosida sobre el pecho con sus vehículos artillados y camuflageados. Cargan fusiles de asalto, ametralladoras que puede disparar 850 tiros por minutos, armas de uso reglamentario del Ejército y cuando menos siete fusiles Barrett, la mortal arma de las fuerzas especiales de los ejércitos del mundo.
El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, dijo que lo estaban analizando para determinar su autenticidad y temporalidad, a fin de aclarar, lo que sería importante, si fue o no grabado y difundido los mismos días que el Presidente visitó Guanajuato y Jalisco. En cualquier caso, no le quita la intencionalidad de propaganda que el CJNG, como en su momento Los Zetas, ha utilizado de manera frecuente, en abierta imitación de Al Qaeda y el Ejército Islámico. "No hay grupo criminal alguno con capacidad para desafiar exitosamente a las fuerzas federales de seguridad, y mucho menos a partir de ese evidente montaje", agregó Durazo.
Aunque es cierto que ninguna organización criminal tiene más poder de fuego y capacidad que las fuerzas federales, lo que se antepone a la afirmación de Durazo y en ello la masiva difusión y alarma que causó el video, es la soberbia y apertura con la que actúa el CJNG ante la realidad que el gobierno no los está enfrentando. En ese sentido, el video parece ser una mofa involuntaria contra el Presidente, con una pequeña y tramposa demostración de fuerza. El sábado dieron a conocer otro video, contra José Antonio Yepez, El Marro, jefe del Cártel de Santa Rosa de Lima, en donde afirman que su guerra no es contra el gobierno. A la tregua unilateral del gobierno, esa es la respuesta de los criminales.
Pero no hay que olvidar que poder de fuego tienen, y lo han demostrado de manera sistemática desde hace casi una década. Se han descubierto fábricas de R-15 en Guadalajara, cuya producción doméstica muestra un grado superior de capacidad de fuego, sin dejar de comprar armamento en Estados Unidos. Tienen drones cargados con explosivos, y han utilizado bombas caseras con esquirlas altamente letales, similares a las que utilizaron las FARC en Colombia.
En el video se escuchan los gritos de lealtad a El Mencho, pero también los apoyos al RR, como llaman a Ricardo Ruiz Velasco, quien se encargó de ir construyendo células para el CJNG a partir de la fragmentación de los cárteles durante la guerra contra las drogas del presidente Felipe Calderón. Ruiz Velasco ha sido señalado como el encargado de enfrentar al Cártel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato, por lo que el secretario Durazo tiene una pista de por dónde podría comenzar a buscar la temporalidad y autenticidad del video, porque propaganda o no, es un abierto desafío.
El gobierno hubiera tenido posibilidades mayores para determinar científicamente el lugar exacto de donde se grabó el video, pero al asumir la presidencia López Obrador, sus emisarios en la Central Nacional de Inteligencia –antes Cisen–, despidieron a los expertos en orografía que podrían haber identificado el lugar de la grabación a partir del terreno y la maleza en las imágenes, para contratar militantes de Morena. A nadie debe extrañar la destrucción de la capacidad de inteligencia del Estado mexicano, al ser la constante en otras áreas del gobierno.
La impunidad que les regala López Obrador no podrá seguir por mucho tiempo. El CJNG es una de las cinco organizaciones criminales trasnacionales –junto con el Cártel de Sinaloa–, a las que combate Estados Unidos. López Obrador, a diferencia de sus antecesores, no. El CJNG, como el Cártel de Sinaloa, de cuyas entrañas surgió, y el resto de las organizaciones criminales trasnacionales, operan libremente en México porque el Presidente decidió que no los combatiría, sino que apelaría a su buena fe para que depusieran las armas y encontraran ingresos en sus programas sociales. Sí, se escucha absurdo el planteamiento, lo es, pero así piensa el Presidente.
México tenía recursos para combatir al crimen organizado, pero la lógica del gobierno de López Obrador camina por otro sendero. No se necesita ciencia alguna para saber que la estrategia de no combatir y hacer llamados religiosos para que dejen de violentar a la nación, son tan ingenuos como inútiles. Tampoco la creencia de que los programas sociales van a cambiar la esencia del negocio del narcotráfico.
El video muestra la facilidad con la que se mueven los criminales en el país. Esa columna del CJNG recorrió caminos probablemente del centro occidente del país, sin ser molestada. Montaron el escenario, organizaron a sus protagonistas y grabaron el video. Tuvieron todo el tiempo para hacerlo, sin aparentemente preocupación alguna. Aun como acto de propaganda, el CJNG se burló del gobierno y de los abrazos que les propone. La respuesta de ellos, como siempre, son los balazos. Por ahora su objetivo no es el Estado mexicano, sino sus enemigos inmediatos. Cuando terminen con ellos, buscarán la consolidación de un narcoestado, cuyos cimientos, inopinadamente, está cavando López Obrador.
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