México cuenta con más de 11 mil kilómetros de litorales donde se puede pescar, lo que nos posiciona en el lugar 17 en producción pesquera en el mundo. Además, contamos con el 12% de la biodiversidad mundial y en nuestros mares habitan alrededor de 3,500 especies de peces, sólo superado por la región del Pacífico asiático.
A pesar de esto, la pesca en México es una actividad que no se maneja como prioritaria y por la falta de políticas públicas adecuadas, sucede a espaldas de la mayoría de las mexicanas y mexicanos, incluyendo a gobernantes y funcionarios de todos los niveles de gobierno.
Las discusiones de política que se dan en la capital del país difícilmente toman en cuenta lo que sucede en el mar: ¡Total, queda muy lejos!
De esta forma, las decisiones sobre el lugar que produce la mayoría del oxígeno que respiramos y gran parte del alimento que consumimos se toman entre un grupo reducido de personas con información desactualizada, poco transparente y con casi nula rendición de cuentas hacia la población mexicana.
Actualmente, la mayoría de las personas en México no saben qué es la Conapesca, cuáles son sus funciones ni quién la dirige. Este hecho nos lleva a que se menosprecie la importancia de tener a una persona capaz y comprometida con la pesca que dirija este órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura.
Para Oceana, la organización civil mayor organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos, nos importa mucho quién tome el liderazgo de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, porque es vital que el perfil de ese funcionario esté orientado a encabezar los esfuerzos necesarios para rescatar y proyectar a futuro la actividad pesquera en México, además de construir y promover las políticas públicas que permitan lograr mares saludables y pesca sustentable.
Por años, la pesca ha sido negocio de pocos con repercusiones en muchos. Tenemos 25% de nuestras pesquerías deterioradas con efectos nocivos para la salud de los mares y en la pesca de comunidades que dependen de atrapar suficientes peces día a día para su subsistencia.
Es vital entender que las decisiones de política pesquera de hoy pueden salvar la pesca del futuro. Por ello esta designación no se puede tomar a la ligera.
Ante la salida del Ing. Raúl Elenes, quien tomará protesta como senador por Sinaloa, debe asegurarse un proceso que culmine con la selección de un perfil con amplia experiencia en el sector pesquero y acuícola, con capacidad para avanzar la agenda pesquera en la administración pública federal, con total apertura hacia pescadores, acuicultores y la sociedad civil y con liderazgo para asumir los compromisos ambientales de México en el T-MEC y el Panel de Alto Nivel Para una Economía Oceánica Sostenible.
La elección de la siguiente persona al frente de la Conapesca está a cargo del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos. Por ello esperamos que esta decisión se tome con la seriedad necesaria de quien deberá elegir a una persona que garantice los objetivos contenidos en el Programa Nacional de Pesca y Acuacultura hacia 2024: que la pesca y la acuacultura contribuyan a la seguridad alimentaria, que se mejore el ingreso y reduzca la pobreza de comunidades pesqueras y que se garantice el aprovechamiento sustentable de los productos pesqueros y acuícolas.
La designación de la nueva persona al frente de la Conapesca es el cimiento sobre el cual se debe construir una política pesquera que haga efectivos los principios de la administración actual. La designación justificada de un perfil competente y comprometido significa la importancia de esta actividad.