Ricardo Salinas Pliego

'Coco', un homenaje a México

Más allá del éxito financiero de 'Coco', Ricardo Salinas enfatiza que debemos reconocer que la cinta es un homenaje a la cultura mexicana.

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos

Antonio Machado
Poeta español

Aunque se estrenó en noviembre, apenas tuve la oportunidad de ver Coco, una extraordinaria producción de Disney-Pixar que ha sido un éxito internacional. Naturalmente ganó el Oscar a la mejor película animada además del destinado a la mejor canción original. En adición a las estatuillas que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Coco estuvo nominada a 113 distintos premios y reconocimientos alrededor del mundo, de los que ganó 87, entre ellos dos BAFTA, y dos Globos de Oro. Esta cinta es una obra de arte que tardó más de siete años en realizarse.

Para Pixar la espera valió la pena puesto que, hasta el mes pasado, ingresó más de 740 millones de dólares en taquilla. Más allá del éxito financiero de esta producción, debemos reconocer que se trata de un homenaje a nuestra cultura: a nuestra música, cocina, vestido, historia y tradiciones, especialmente el Día de Muertos, celebración en la que se basa el guión de esta cinta.

Para el director de Coco, Lee Unkrich, el Día de Muertos es una "yuxtaposición de representaciones de esqueletos en colores brillantes llenos de alegría". En la preparación de esta película, Unkrich realizó múltiples viajes a lugares como Oaxaca, Guanajuato y la Ciudad de México, donde pronto entendió que la tradición en la que se basa esta cinta ofrecía un enorme potencial de "contar una historia de aventuras llena de imágenes, música y color con una gran resonancia emocional".

Irónicamente, el Día de Muertos es una celebración de la vida porque nos recuerda lo frágil y corta que es. Esta tradición también nos habla de la importancia de honrar la memoria de nuestros ancestros, lo que une a las familias y nos afianza a nuestras raíces: nos ayuda a entender de dónde venimos y quiénes somos.

Aunque la muerte es un tema universal, pocas tradiciones la abordan de la manera en que lo hacemos nosotros a principios de noviembre. Coco nos enseña que recordar a quienes han partido es una forma de mantenerlos vivos.

Todos estos mensajes, a la vez excéntricos y familiares, resuenan alrededor del mundo, especialmente si se transmiten en una película llena de alegría, música y color, lo que explica el éxito en taquilla de esta extraordinaria producción. Coco demuestra una vez más la fascinación de una mayoría en Estados Unidos por la cultura mexicana, como mencioné recientemente en un artículo de opinión publicado por el Boston Globe.

Una paradoja implícita en esta cinta es que, mientras realza nuestras costumbres, también nos habla de la importancia de perseguir nuestros sueños y encontrar nuestro elemento, aún si rompemos con la tradición familiar. Esto subraya el valor de la libertad individual, algo que los mexicanos sabemos apreciar.

Coco evoca la riqueza cultural de México, llevando a la pantalla a personajes que nos recuerdan a Frida Kahlo, Pedro Infante y Jorge Negrete, además de alebrijes, catrinas, la flor de cempasúchil, el papel picado y hasta la abuela con chanclas. Los años que llevó producir esta cinta se expresan en cada detalle.

Como mexicano, agradezco a Disney por este espléndido homenaje a nuestra cultura, que nos promueve y nos honra. Me llena de orgullo pensar que, por más de dos décadas, este estudio ha sido un socio extraordinario en distintas iniciativas de TV Azteca. Además de exaltar a México, Coco transmite los mejores valores y mensajes que he visto en mucho tiempo.

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