Director general de INVEX Operadora

Sin estímulo, por ahora

Cuesta trabajo pensar en que no habrá tal estímulo fiscal en los meses inmediatos a la elección. La motivación del Presidente para abandonar las negociaciones debe de seguir una intención relacionada con su búsqueda de recuperación entre los electores.

Me disponía a escribir sobre la perspectiva para los mercados en el último trimestre del año ayer al mediodía, en momentos en que el presidente Trump anunció su instrucción a la bancada republicana de abandonar las negociaciones con relación a un posible paquete de apoyo para resarcir los daños del Covid-19.

Por supuesto que la noticia generó una reacción adversa en las bolsas y a medio camino se concreta nuestra predicción hecha hace un mes en este mismo espacio: "…es muy probable que en los próximos dos meses observemos mucha volatilidad, tal vez las ganancias se estacionen un poco" ("Fuertes dudas en los mercados", El Financiero, 4 de septiembre de 2020).

La posición de un paquete fiscal es muy importante. Véalo desde esta óptica. Los ingresos personales en Estados Unidos sumando la ayuda aprobada entre abril y mayo no solo no descendieron, sino que han aumentado. El aumento nominal en el ingreso acumulado en los primeros ocho meses del año es de 6.7 por ciento contra el mismo período del año anterior, en el ingreso real disponible el crecimiento ha sido de 6.5 por ciento bajo el mismo criterio.

Sin embargo, en el mes de agosto, el crecimiento nominal del ingreso personal disminuyó en 2.7 por ciento contra el mes anterior; el ingreso disponible en términos reales disminuyó 3.5 por ciento. Sin la aprobación de los nuevos estímulos es probable que no solo los datos de ingreso personal en Estados Unidos continúen debilitándose, sino también los de consumo personal que, dicho sea de paso, siguieron creciendo a una tasa positiva de 1.0 por ciento contra el mes anterior.

La recuperación se ha puesto en entredicho por ahora. La incertidumbre deberá mantener reprimidos a los mercados en las siguientes semanas mientras se lleva a cabo la elección.

La motivación del Presidente para abandonar las negociaciones debe de seguir una intención relacionada con su búsqueda de recuperación de las preferencias entre los electores. Las consecuencias de su contagio se sintieron más en las expectativas con relación a la elección. Desde la semana pasada las encuestas han ampliado la diferencia entre el candidato demócrata Biden y el Presidente. La expectativa de un resultado claro que no genere conflictos, o incluso de un triunfo demócrata también en el Congreso, consolidaría la idea de la recuperación en marcha y propició un alza de los mercados en el inicio de la semana. Ahora, veremos de nuevo episodios de volatilidad.

No obstante, cuesta trabajo pensar en que no habrá tal estímulo fiscal en los meses inmediatos a la elección. La disputa en el Congreso se centraba en el monto de los apoyos. A final de cuentas, hay un entendido con relación a la necesidad del estímulo, algo que la misma Reserva Federal (FED) se ha dedicado a remarcar.

En nuestra perspectiva pensamos que hay aún solidez en los mercados dado que es muy probable que al inicio del año próximo existan en convivencia una prolongación de los apoyos fiscales con la postura de fuerte relajación monetaria que ha instrumentado la FED.

Creemos que la principal fuente de temor en el transcurso del año que viene será la posibilidad de un cambio de postura en las autoridades, sobre todo una reversión de los estímulos que forzosamente necesita la recuperación económica para continuar. Quizás el elemento que pudiera inquietar a los inversionistas en este escenario es el de una aceleración en la inflación y una presión en las tasas de largo plazo. Estos factores no se consolidarían a menos que suceda la aprobación de más estímulos tan fuertes como los observados al inicio de la pandemia y la recuperación tenga otro tono durante los siguientes meses.

Nos acaban de confirmar un escenario volátil para las bolsas, la permanencia de tasas bajas de largo plazo tal vez hasta finales del año y posiblemente episodios intermitentes de aversión al riesgo en los mercados globales en el último trimestre del año. No está de más decirlo: esto afecta la fortaleza del peso y la estabilidad de la curva de tasas en pesos. Para muestra, sólo cheque el salto de la cotización del dólar de ayer al darse la noticia (de $21.25 a $21.71 pesos).

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