Rosario Guerra

Encuentros y desencuentros

La realización de la Cumbre de Líderes de América del Norte reunió a Biden-Trudeau-López con el propósito de detonar un mayor crecimiento de las cadenas productivas.

La realización de la Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México, con forzada parada en el AIFA, reunió a Biden-Trudeau-López en un encuentro para detonar un mayor crecimiento de las cadenas productivas de la región, con énfasis en la producción de semiconductores, la emisión de metano y las energías limpias. Actualmente, el bloque norteamericano es más grande que China o la Unión Europea, pero la competencia sigue. Los tres países se complementan y han generado cadenas de valor muy importantes que deben fortalecerse. Los acuerdos del encuentro los dio a conocer la Casa Blanca desde las 8 de la mañana del lunes.

Para hacer viable la reunión, el tema energético y el de Ovidio se dejaron de lado, lo que a mi juicio va a implicar que lleguemos a los paneles de solución de controversias y tengamos que afrontar castigos. AMLO no entiende que si bien la soberanía de los países está bien resguardada en el T-MEC y cada país puede darse sus propias leyes, esto no implica que se viole el tratado en sus cláusulas y el compromiso es dar trato igual a las empresas de Canadá y EU que a las nacionales. Ni Pemex, ni CFE representan nuestra soberanía; ésta se deposita en el pueblo, y las decisiones deben ser a su favor. Pagar servicios más caros por un fallido patriotismo implica un alto costo de la energía, resta competitividad a las empresas.

En cuanto a resultados, fue un desperdicio que México no solucionara el tema energético, que aceptase las peticiones de EU, salvo la creación de un centro de migrantes en el sur del país, razones desconocemos, pero puede ser por su negativa a asistir a la Cumbre de las Américas. No se habló si hubo avances en insumos para la salud, en materia agropecuaria con el tema del maíz transgénico, y cuál es el compromiso en energías limpias.

AMLO trató de usar varias cartas, como la de presentarse a sí mismo como líder latinoamericano, cuando solo tiene alianzas con países dictatoriales. Se respaldó a Lula, pero los problemas arancelarios y de tarifas en Brasil, como en otros países, son muy complicados, pues cada entidad tiene autonomía para fijarlos. Absurdo que AMLO quiera asumir un liderazgo, a nadie engaña. Proponer que todos entren al T-MEC es como el sueño bolivariano, nadie en contra, pero no existen condiciones a favor. Así que ni siquiera fue tema. El foco fue el bloque norteamericano.

Otra de sus distracciones favoritas es el discurso. A las preguntas sobre energéticos y Ovidio, en la conferencia de prensa, AMLO decidió usar el tiempo en hablar bien de su gobierno e impedir una respuesta de nuestros socios, usó 28 minutos. Biden se molestó y se excusó con la prensa. Justin solo trató de sonreír.

EU tenía claros sus objetivos, que México reciba a los migrantes en la frontera y que se combata el tráfico de fentanilo. Que se busque depender menos de Asia y formar un comité de expertos para sustituir importaciones para fortalecer cadenas productivas regionales. Es decir, fortalecer la competitividad del bloque norteamericano. Obtuvo buenos resultados.

Tanto Biden como Trudeau hicieron énfasis, en los pocos minutos de los que dispusieron, de la necesidad de transitar hacia vehículos eléctricos, cumplir los Acuerdos de París para disminuir contaminantes, para tener, como enfatizó el primer ministro, economías fuertes y viables. Al efecto ha solicitado certeza jurídica en torno a contratos bajo el T-MEC. En ese momento, AMLO no se pronunció.

Con Canadá siempre hemos tenido una relación más cercana, con vínculos que derivan de aspectos comunes en la formación de identidad nacional, pluralidad y diversidad. Siempre ha apoyado el tratado trilateral, aún en contra de Trump. Sin embargo, la inversión canadiense en minería y en producción de energías limpias, que han sido numerosas, se ha topado con dificultades para desincentivarlas, acotarlas e incluso desaparecerlas. Al respecto, AMLO se comprometió a resolver los conflictos con las empresas canadienses.

Canadá adopta posturas más flexibles que EU, han invertido mucho en minería y energías limpias, y Trudeau abordó el problema de los temas energéticos y mineros, que AMLO comenta son normales en una relación, pero que él mismo atendería. AMLO se comprometió a resolver los conflictos con las empresas canadienses.

Para proteger inversionistas canadienses y comunidades, se firmó un acuerdo sobre pueblos originarios a fin de que las empresas canadienses incorporen a las comunidades a los beneficios del desarrollo, aspecto que México ya hacía cumplir mediante el acuerdo 169 de la OIT.

Lo cierto es que pese a abrazos y sonrisas vemos horizontes diferentes. Si bien se cumplió la cortesía de aterrizar en el AIFA, aspecto de interés para AMLO a fin de negarse a aceptar que su obra no funciona, a futuro veremos si hay los acuerdos o los paneles sobre energía, si avanzan proyectos de energías limpias, o son hostilizadas, la minería sufre fuertes embates, la CFE sigue con trato especial, difícil resolver en seguridad nacional y pública con 738 homicidios en 10 días. Todo va en contra de lo acordado en esta cumbre.

La cumbre tuvo seis pilares: Diversidad, Equidad e Inclusión; Cambio Climático y Medio Ambiente; Competitividad; Migración y Desarrollo; Salud; y Seguridad Regional. Sobre estos se tejieron los acuerdos que se anunciaron en la conferencia de prensa, que no dio la oportunidad de ahondar en los mismos.

Queremos un desarrollo, sin medidas proteccionistas, cargadas a nuestro bolsillo. Y como ya lo dijo AMLO en su mañanera, él no va a cambiar. Así que aún con la prudencia que EU y Canadá han mostrado en las reuniones para llegar a acuerdos, no se aprecia que México avance, aunque el hecho de que personalmente AMLO se involucre puede evitar que terminemos en paneles que castiguen a las exportaciones mexicanas.

Sin mayor inversión no habrá desarrollo, y eso lo saben canadienses y estadounidenses, pero quien cierra esta posibilidad por falta de certeza jurídica, violación de reglas, es México, que de seguir así quedará rezagado. Abundarán litigios internacionales y es muy probable perderlos, por lo cual serán las exportaciones mexicanas las afectadas y con ello, miles de empleos. El T-MEC no es un tema que pueda acomodarse a interpretaciones ideológicas. Es un tratado comercial, aprobado por el Senado, y por tanto con rango constitucional. Su elusión es grave y tiene consecuencias.

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