Rosario Guerra

México en el mundo

A pesar de que España es el segundo inversionista en México, López Obrador consideró que la relación era dañina para el país pues se trata de una nueva colonización.

Desde el inicio de su gobierno, AMLO estableció que la mejor política exterior era la interna. No acudió a foros internacionales importantes. No promovió el turismo, ni la inversión de otros países. Su trato con jefes de Estado fue diferenciado. Con EU y Canadá, pese a ser nuestros socios comerciales, fue distante y a veces de confrontación. Ante las críticas a la reforma del Poder Judicial ‘pausó' la relación con las embajadas de ambos países, término acuñado por él para marcar distancia y romper diálogo. En la guerra Ucrania-Rusia, tardó en reconocer que la invasión era injustificable, pero en general, su relación con Putin se fortaleció. Lo mismo con China, Nicaragua, Venezuela y Cuba.

En Ecuador intervino en el proceso de políticas internas durante la elección presidencial, a favor de la candidata de Correa, que perdió. El asesinato del candidato, Fernando Villavicencio, se atribuyó al narcotráfico, que no reconoció AMLO. Pero tras el asalto de nuestra sede diplomática para atrapar a Jorge Glass, rompió relaciones con ese país. El exvicepresidente Jorge Glass, acusado de desvío de recursos, fue encarcelado y liberado. Se trata de un acusado confeso, por lo cual está impedido de solicitar u obtener asilo político. Además, México presentó una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia, que consideró que el tema no era prioritario.

Perú rompió relaciones con AMLO por considerarlo injerencista en los asuntos internos del país. Recibió a la familia de Pedro Castillo como asilados, quien está detenido por diversos delitos y trató de disolver al Congreso. La presidenta Dina Buluarte no fue reconocida por AMLO y no aceptó que presidiera la Asociación Asia Pacífico, lo que terminó en el rompimiento.

Con España nos une la historia. La Colonia duró tres siglos y moldeó al México de hoy. Con sus claroscuros, nuestro pasado compartido formó el mestizaje y una nueva sociedad. Sin duda, hubo excesos y abusos contra los indígenas y muchos murieron por enfermedades nuevas y explotación. AMLO exigió al rey de España una disculpa por lo sucedido en la Conquista, a lo que se negó el gobierno y pueblo español. El papa Francisco terció en el tema y señaló que reconocía los abusos cometidos que no contribuyeron a la evangelización. Pero no tuvo efecto sobre la demanda de AMLO que personalmente había escrito al rey español y esperaba una respuesta del propio jefe de Estado, que no se dio, además de que no se usaron canales oficiales. Ante esta situación, AMLO puso ‘en pausa’ la relación con España.

A pesar de que España es el segundo inversionista en México tras EU, AMLO consideró que esta situación es dañina para el país pues es una nueva colonización al amparo del gobierno neoliberal. Señaló que las empresas españolas abusaron del poder político y que Felipe Calderón y Georgina Kessel se convirtieron en consejeros tras dejar sus cargos, como evidencia de posibles beneficios indebidos. Tras la elección de Sheinbaum, dijo que ella tendría la oportunidad de reactivar la relación con España. Sin embargo, no ha sido así y la futura presidenta no invitó al rey de España, jefe de Estado, a su toma de protesta, porque dijo que nunca respondió a la carta de AMLO.

Para culminar las noticias internacionales, AMLO finalmente decretó área natural protegida al predio que ocupa Calica, empresa minera estadounidense, ubicada en Solidaridad, Quintana Roo, y habló de que su muelle se usaría para actividades turísticas. Los norteamericanos han respondido con fuertes críticas, tanto senadores como la propia empresa que aseguró se trata de una violación al T-MEC, por lo cual utilizará todos los recursos legales en contra de la decisión del gobierno mexicano. Así que Sheinbaum no sólo enfrentará los problemas nacionales.

La posible renuncia del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, el hecho de que Andy López sea el nuevo jefe político, la repartición de los puestos del gabinete según los deseos de AMLO, la deuda pública, la quiebra de Pemex, el déficit público, la devaluación paulatina de nuestra moneda, la falta de certeza jurídica tras la toma del Poder Judicial, la militarización del país, entre otros retos, se combinarán con las relaciones de México con el mundo. Sheinbaum tendrá una gran concentración del poder, en un gobierno autocrático, pero la duda es si podrá atender tantos frentes abiertos.

Sin duda, Ebrard y De la Fuente son aliados fundamentales para enfrentar lo que derivará de la herencia de AMLO en el ‘septiembre negro’, pero son tantos problemas por atender, uno igual de importante que otro, que pensar que Sheinbaum pueda enfrentarlos es imposible. Seguramente tendrá que delegar funciones y no todo el gabinete, y mucho menos el partido, seguirán estrictamente sus lineamientos. En el Congreso, pese a su supermayoría también enfrenta retos, pues no necesariamente los legisladores serán tan dóciles como lo han sido con AMLO, a quien deben sus posiciones. Aunque sus aspiraciones dependen de la futura presidenta, hay instancias que pueden cambiar su voluntad.

El gobierno de México se ha fortalecido como autocracia, concentrado el poder y las decisiones, pero concretar el esquema aún está por realizarse. No sabemos a ciencia cierta qué esperar: si habremos de aislarnos más del mundo, si habrá confrontaciones entre radicales y moderados en Morena, si Sheinbaum podrá imponerse. La incógnita pronto se resolverá.

COLUMNAS ANTERIORES

Mujeres
No somos iguales

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.