Rosario Guerra

Entre marchas y asambleas

No era una marcha pacífica, las feministas, ya acostumbradas al hostigamiento, estaban preparadas para enfrentarse con la fuerza pública.

Rosario Guerra

Es lo mismo, pero no es igual. Las protestas siguen los mismos patrones: marchas, toma de espacios o de edificios públicos para protestar por diversas causas. La de Frenaaa busca que AMLO renuncie a la presidencia y se aleje el peligro del 'comunismo' y su dictadura en México. Tienen un ideario político conservador, pero son indudablemente grupos de la sociedad civil organizada. Puede usted o no coincidir con su ideario, pero tienen el mismo derecho de las miles de marchas y plantones que en la CDMX se han expresado.

Sin embargo, se les cortó el paso, se les agredió, se les despojó de sus pertenencias y se les impidió llegar al zócalo capitalino para organizar su plantón. Policía, Guardia Nacional, se posicionaron en un cerco para evitar su avance. La crítica en redes sociales y prensa fue estruendosa. De una carrera hecha con base en mítines y plantones, ahora AMLO resultó de piel delicada, intolerante a dichos movimientos, en un país donde toda la gente está feliz, feliz.

Finalmente, AMLO concedió y empezó a dar recomendaciones. Si Frenaaa quería hacer plantón bien hecho, no sólo de tiendas de campaña, los líderes pernoctaran ahí, no en hoteles u otros sitios cómodos. Ante el amparo del juez, ya no se impidió el paso a los manifestantes, aunque se les delimitó un área de acceso. AMLO algo sabe de marchas, en su plantón en Reforma en 2006 para protestar por el triunfo de Calderón, montó carpas y tiendas, vacías en su mayoría, donde nunca se le vio pernoctar, atendía en un hotel cercano. Los del movimiento de Ayotzinapa no tuvieron que llegar al Poder Judicial, su acceso al Zócalo se garantizó, pidiendo orden y no chocar con Frenaaa, ya que se registraron provocaciones que pudieron llegar a la violencia.

Por último, pero no menos importante, fue el caso de la marcha de grupos feministas a favor del aborto, en el Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde el principio se registraron enfrentamientos con la policía, pintas y bombas molotov. No era una marcha pacífica, las feministas, ya acostumbradas al hostigamiento, estaban preparadas para enfrentarse con la fuerza pública, hubo un saldo de 36 policías heridas y 13 manifestantes que recibieron apoyo médico. No se les permitió entrar al Zócalo para evitar choques con Frenaaa.

Después vino el discurso de Sheinbaum recordando que el aborto en la CDMX es legal antes de 12 semanas de embarazo, pero no se pronunció sobre los casos en que mujeres están presas, en diversos estados, acusadas incluso de homicidio por abortar y son tratadas como criminales, violando sus derechos humanos. Este tema se eludió y sólo se abordó con la óptica de la seguridad, cuando la propia jefa de Gobierno ha pedido a empleados de su gobierno salir a su defensa en las calles, con riesgo de su integridad física.

Queda claro que cualquier movimiento que critique o no responda a las directrices de la 4T, estará amenazado en su libertad de expresión y manifestación. Que sólo grupos afines como los de Ayotzinapa pueden circular libremente en la ciudad. Que AMLO sigue sin entender los temas del feminismo y rehuye todo acercamiento con organizaciones de la sociedad civil que impulsan los derechos humanos de las mujeres. Que el trato dado a columnistas, articulistas y periodistas de medios que no le son afines son criticados y expuestos a la violencia de fanáticos y seguidores de AMLO, que no construye una nación, la desdibuja y la confronta.

La desaparición de los fideicomiso públicos no generará marchas o plantones, pero las afectaciones a la ciencia, al arte, a la cultura, a las minorías vulnerables, a los discapacitados, a mujeres y niños, les afectará de una manera tan drástica que cambiará sus vidas. ¿Para qué repartir dádivas en lugar de mejorar programas que funcionan con transparencia y supervisión? El hoyo negro de las ayudas sociales crece, no necesariamente llega a los beneficiarios, no hay padrones, no hay transparencia y no hay supervisión. ¿Dónde quedó la bolita?

Todo se encamina a la elección de 2021. Incluso la toma de la CNDH, donde se condenan las protestas y se denuncian falsos complots. Capacidad de movilización del voto, frente a la oposición. AMLO hará mil estrategias para no perder. Si no son los expresidentes, ya se inventó conmemorar Tenochtitlán, pero no dejará flanco abierto. Buscará la parte sentimental del voto, el apoyo incondicional. Ahí estamos.

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