Rosario Guerra

Repetir y recordar

La desesperación por la caída de su popularidad impulsa al presidente López Obrador a apelar al buen pueblo en su defensa.

La nueva teoría de la competencia democrática, autoelaborada por la 4T, como conspiración contra AMLO pretende victimizarlo, tender una cortina de humo sobre sus cada ve más criticados errores, y a la vez una velada amenaza contra todo opositor a su proyecto, que acuerda o estás conmigo o contra mí. Fue tan burdo el manejo del mensaje supuestamente apócrifo pero validado al presentarse públicamente en la mañanera.

Hasta el nombre estuvo enmarcado para generar repudio, una BOA, serpiente que representa el mal, que se arrastra, genera rechazo. Creo que la desesperación por la caída de su popularidad lo impulsa a apelar al buen pueblo en su defensa. Crea una orquestación de pequeñas ideas que repite incansablemente, desde diferentes perspectivas, para convencer en mismo concepto, repite y repite para crear una realidad alterna.

AMLO sigue mucho las teorías de propaganda de Goebbels. Simplifica y crea un enemigo único, el neoliberalismo, que reúne varios adversarios en una sola categoría . Carga así sobre el adversario sus propios errores y los ataca. Convierte cualquier anécdota en amenaza grave. No explica, su comunicación es básica, no responde preguntas, busca le comprenda el pueblo, la masa, sin gran esfuerzo, para que pueda recordar.

Repetir y recordar la clave de una comunicación simple, pero con constantes informaciones y argumentos con un ritmo acelerado, que no admite respuestas, no da tiempo. Convierte argumentos falaces con el yo tengo otros datos, con información fragmentada e imprecisa. Cual torero experimentado sabe eludir al toro y manejar el capote. Acalla las cuestiones sobre las que no tiene argumentos y se apoya en medios de comunicación afines.

El uso de la mística, de los símbolos, las tradiciones, para descalificar, para generar los odios y prejuicios, que apelan a actitudes primitivas. Los fifís, los señoritingos, los rapaces empresarios, los corruptos periodistas, los pésimos servidores públicos anteriores, los médicos codiciosos, los científicos pretensiosos, en suma, los neoliberales.

Ya no vale repetir su discurso, porque así se impone, difunde sus falacias y odios. Llegó el momento de cambiar nosotros, evitar su toxicidad, ya no repetir, evitar recordar sus palabras. Y marcar las diferencias, que las hay, y muy profundas. No contra su 4T. Contra el país. Podemos o no coincidir con AMLO pero todos estamos con México.

No nos equivoquemos, AMLO sabe comunicar, tiene un método y busca repetir para recordar en el colectivo social. Argumentar con él, imposible, porque tiene acaparados los medios. Y no tiene interés, sus decisiones las toma y las defiende aunque las paguemos todos. Su prisa por realizar giras tenía por objetivo acotar críticas y peticiones para posponer obras que serán elefantes blancos, cuando hay tantas necesidades de que funcionen las instituciones y se atienda a los pobres.

Sólo ha logrado crecer la pobreza, no hay humanismo en su prédica. Tampoco reflexión sobre los altos costos humanos y económicos. Pero topa con la realidad y aunque no le gusta, tiene que aceptarla y ya pidió los créditos externos para sortear la crisis, ojalá los use bien y apoye empleo e infraestructura, resuelva cadenas productivas, logre mantener exportaciones, evitar más devaluaciones.

Su discurso es simplemente propaganda ideológica para justificar malas decisiones que nunca reconocerá cómo inútiles. Busquemos pues la propuesta y repitamos el discurso para que se vislumbren otras opciones reales, presentes y posibles. Salgamos del marasmo de descalificaciones que tanto gusta a AMLO, unamos esfuerzos y alcemos la voz. Otro país es posible.

COLUMNAS ANTERIORES

SCJN
Debates y proyecto

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.