El lunes fueron filtrados varios audios del actor, que quiere ser político, Alfredo Adame. El martes hizo –bueno, intentó hacer– control de daños y el resultado no puede ser más agradecible. Porque al tratar de aclarar sus palabras, este candidato reconoció que la pandemia le ha servido para hacer grandes negocios, que su misión es combatir la corrupción que rodea y engaña a AMLO y a Claudia Sheinbaum, y que si en el último de los casos los votantes lo mandan a su casa, él se irá feliz a comer tres veces al día porque no tiene necesidad de ensuciarse los zapatos para ayudar a la gente.
Todo eso, y más, lo dijo en los 12 minutos que duró la conversación de Adame con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula. El caso, en el arranque mismo de las campañas, nos recuerda que éstas sí sirven, que acaso ayudan para conocer la naturaleza de algunas personas.
Cabe acotar que, de lo que se filtró el lunes, lo único que desmintió categóricamente el candidato a diputado federal por Redes Sociales Progresistas fue que vaya a cobrar 40 millones de pesos, y que de ésos vaya a “chingarse 25 millones”, al partido ligado a la familia de Elba Esther Gordillo. Claro que su explicación lo pinta de cuerpo entero.
Él hablaba, le dijo a Ciro ayer, de una operación comercial porque él, reveló, de marzo de 2020 a noviembre pasado vendió mascarillas 3M 1860: “Cuando empezó la pandemia me dediqué a comercializar esta mascarilla. Negocios muy grandes. Lotes de 40 millones, de 100 millones, lotes de 50 millones, de 10 millones”.
Contó que, al igual que “muchos que anduvieron comercializándolas”, en esos meses estuvo recibiendo entre 30 y 40 personas diarias en su casa, porque él tenía el contacto con 3M en Canadá, Estados Unidos y México. Y que de ahí salieron los (ilegales) audios.
Suertudo él que mientras todo México, y otros países, buscaban mascarillas, él aprovechó sus contactos. En mi pueblo les dicen coyotes, pero es porque allá son maloras.
Adame aclara que, aunque en el audio se dice 40 millones o 25 millones, no hablaba de pesos, o de valor económico.
“Yo estoy hablando de lotes de 40 millones, los cuales arrojan 25 millones de utilidad, o de comisión, para los cuatro o tres que estamos haciendo el negocio. ¿Okey? Entonces, cuando yo digo nos chingamos no estoy diciendo nos robamos, estoy diciendo ‘pos nosotros nos chingamos, nosotros ganamos’”.
Pues será el sereno, pero si uno vende 40 naranjas y de esas 25 son ganancia, pues como que sí me estoy chingando, perdón, transando, oh, perdón, agandallando un poco. Pero menos mal que no existió la especulación en la pandemia.
Muchos hicieron –y siguen haciendo– negocios ante el embate del Covid-19. Cada quien su conciencia sobre los márgenes de ganancia que tienen. Pero hoy ya sabemos que Adame ve súper defendible alrededor de 60 por ciento de ‘comisión’.
La otra parte de la entrevista que sería para desternillarse de la risa si no fuera una tragedia es que este candidato de un partido ‘opositor’ reconoce que en Redes Sociales Progresistas hay un compromiso “que yo y todos los candidatos hicimos: es no atacar al presidente de la República, no atacar a la doctora Claudia Sheinbaum, no atacar a nadie de las personas que están en el gobierno”. Porque él los apoya, y lo que quiere es quitarles de encima a todos los corruptos de… Morena: “Yo apoyo la cuarta transformación (…) lo que no apoyo es a toda la sarta de personas que los rodean y que los engañan, les mienten, y los llevan a hacer cosas indebidas, y contra un partido que llegó al poder de una manera no clara”.
De remate, confesó, quiere rescatar a Tlalpan, que “tiene 22 años de ser devastada, robada…”. Exacto: de paso le dio un raspón a Sheinbaum, que gobernó esa demarcación entre 2015 y 2018.
Ya encarrerado, le pidió a Ciro que le dejara dar un mensaje final, uno que le dijo a Ricardo Anaya quítate que ahí te voy:
“Yo no pierdo nada si la gente decide no votar por mí. Yo me regreso a mi casa a comer tres veces al día, a encargarme de mis negocios y pasear en moto los fines de semana. Y me olvido de andarme ensuciando los zapatos para ayudar a la gente”. Quihubo, ¿verdad que a pesar de todo son buenas las campañas?