La Feria

Anaya: ¿funcionará su Odebrecht para ‘dummies’?

El panista ha emprendido la publicación de videos con los que pretende evidenciar las inconsistencias de la acusación de Gertz Manero/López Obrador.

Ricardo Anaya ha emprendido la batalla de su vida. El gobierno de López Obrador lo quiere en la cárcel. Y él, sin partido ni aliados aparentes, ha decidido litigar en los medios contra las acusaciones de AMLO y Alejandro Gertz Manero. El panista pretende generar dudas razonables en una opinión pública que ve con cierto bostezo los dimes y diretes del caso.

El fiscal general de la República se ha aprovechado de que, a pesar de ser un asunto muy sonado, el tema de Odebrecht no es sencillo de explicar ni sobre el mismo –hablando del capítulo México de esa trama internacional– se conocen todos los detalles sobre cómo ocurrieron los sobornos.

Pero todo indica que Anaya también quiere utilizar a su favor ese mismo desconocimiento en videos que explicarían Odebrecht para no iniciados.

Lo único cierto es que en medio de la trama para el caso mexicano está Emilio Lozoya. Pero cabe recordar que los papeles que inicialmente se conocieron en la Corte de Nueva York sobre el juicio a esa constructora brasileña ni siquiera contenían el nombre de ese priista. Sólo se especificaba que se habían dado 10.5 millones de dólares a un funcionario entre 2010 y 2014.

Al traer a Lozoya extraditado de España la fiscalía de Gertz pudo construir un relato donde el excolaborador de Peña se acogería al criterio de oportunidad a cambio de una serie de premios –como no pisar la cárcel–, y a condición de entregar a otros. Y aquí empieza el embrollo. ¿A otros que hubieran participado en la corrupción brasileña? ¿O a otros que en realidad le interesan al actual gobierno, hubieran o no participado de los delitos?

Ricardo Anaya está emplazado por un juez a presentarse a una audiencia. En ella la FGR lo acusará de recibir fondos que provenían de Odebrecht, supuestamente a cambio de su voto para la reforma energética peñista.

Con el tiempo en contra, el panista ha emprendido la publicación de videos con los que pretende evidenciar las inconsistencias de la acusación de Gertz Manero/AMLO.

En los dos videos publicados hasta ahora, Anaya denuncia para empezar errores de hecho: si era o no diputado al momento de recibir el supuesto soborno de algo ya aprobado, si hay o no registro de que estuvo en el estacionamiento de San Lázaro cuando le habrían dado el dinero, la inexistencia de la puerta vehicular que dice la FGR que se utilizó para llevarle el cochupo, si estaba o no en la CDMX en esa fecha, etcétera.

En el segundo, y a partir del testimonio videograbado en Brasil de un ejecutivo de Odebrecht y que en México publicó Quinto Elemento, Anaya expone las motivaciones –conseguir contratos– de los sobornadores brasileños para darle 10 millones de dólares a Lozoya (ahí sí mencionado con montos, nombre, apellido y puesto). No se habla, por supuesto, de ninguna reforma energética.

Si Gertz no ha dudado en meter a la cárcel a una adulta mayor y procesar a una anciana en su afán de quitarles lo que pueda al acusarlas de estar involucradas en la muerte de su hermano, menos tendrá reservas para acomodar el testimonio de Lozoya a fin de entregarle a Andrés Manuel un preso panista de peso en su lucha, hoy básicamente simbólica, en contra de la corrupción.

El problema de Anaya es que sus videos son muy Anaya, es decir muy didácticos, pero no muy convincentes: aunque muestran inconsistencias no parece que lograrán convertirse en documentos virales suficientemente ruidosos para descolocar la culpabilidad a priori que AMLO y Gertz le han decretado.

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