La Feria

El no estratega de la no campaña de la no candidata…

Claudia Sheinbaum no tiene segura la candidatura presidencial de Morena, pero ya tiene asesor internacional para la misma. Algo no checa.

El diario El País dio ayer la noticia de que Claudia Sheinbaum fichó al estratega Antoni Gutiérrez-Rubí, de tiempo atrás un experimentado consultor y quien recientemente cobrara fama por haber ayudado a Petro en su campaña por la presidencia de Colombia.

Todo bien hasta que uno recuerda que no estamos en campaña, ni siquiera en precampaña y mucho menos estamos hablando de una candidata, sino de una gobernante. ¿Entonces?

Claudia Sheinbaum no tiene segura la candidatura presidencial de Morena, pero ya tiene asesor internacional para la misma. Algo no checa.

Claro, nos dirán que no, que de ninguna manera llega en calidad de estratega de campaña, que es asesor de la jefa de Gobierno en su área de comunicación y ya.

Y entonces, otra vez, las cosas no checan: ¿y la austeridad? ¿Nos dirán que el nuevo estratega va a cobrar de acuerdo al castigado tabulador? ¿Que a Gutiérrez-Rubí le interesó probar en carne propia qué es eso de la pobreza franciscana y que casi casi él rogó que le dieran esta chamba en la capital mexicana? ¿Qué chambeará probono?

Preguntas sencillas para una realidad bizarra.

Ahora que otra vez las primeras planas hablan de procesos jurídicos, al leer la noticia de El País me acordé que la Fiscalía General de la República publicó en su momento las parrafadas aquellas que atribuyen a Emilio Lozoya, denuncia donde éste se autoinculpa de la corrupción de Odebrecht. En esas hojas, el exdirector de Pemex dice que parte de los sobornos de la empresa brasileña se fue en pagar a consultores extranjeros del PRI.

No comparo yo, para nada, a Gutiérrez-Rubí con J. J. Rendón pero… de eso me acordé... Pagos de campaña que no salen de gastos de campaña… En fin.

Porque a ver si estamos de acuerdo en lo siguiente. Claudia está en campaña. Desde hace meses divide su tiempo entre el gobierno y actividades no necesariamente propias de la administración de la ciudad para posicionarse rumbo a la candidatura presidencial de su partido.

Ojo (y también obvio): no es la única persona del lopezobradorismo que está en campaña. En las mismas anda Marcelo Ebrard, canciller que se inventa cuanta cosa sea posible para salir en el TikTok. Y el propio Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación.

Y ahí es donde empieza a ser relevante discutir el tema del asesor fichado por Sheinbaum.

Las precampañas y las campañas tienen sus tiempos y sus reglas porque han de ocurrir en igualdad de circunstancias, frente a compañeros del mismo partido que aspiren a lo mismo, y no se diga frente a los opositores, que por definición están fuera del erario.

Entonces: qué pensaríamos de que mañana Ebrard nos diga que desde la SRE contrató a un asesor internacional que –mera casualidad– asesoró a Biden en su campaña. Y de que Adán Augusto hiciera lo propio con, digamos, Vinicio Alvarado, exasesor de Rafael Correa.

Serían violaciones a la ley electoral. Y abuso del presupuesto público. Porque estarías contratando a alguien para fines partidistas con el dinero para gobernar.

¿Que me pongo muy remilgoso? ¿Que así es la política y así son las campañas?

No sé, yo creo que en Relaciones Exteriores y en Bucareli no cayó muy bien la noticia del fichaje de Gutiérrez-Rubí. Otra raya al tigre de la falta de piso parejo.

Esto nos pasa por vivir en el limbo. Las leyes dicen una cosa, la realidad una muy distinta. Y en un espacio en medio de ambas estamos instalados desde hace tiempo. En las simulaciones.

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