La Feria

El Bronco, Samuel… Why, Nuevo León, why

Luego de lo que han visto estos dos años de Samuel García como gobernador, ¿los nuevoleoneses le encargarían una empresa que tuviera similar presupuesto e importancia?

Carta a mis amigas y amigos regiomontanos. Los saludo con el gusto de siempre. Tres veces los visité este año y siempre vuelvo a la capital con la satisfacción de la buena mesa, y de mejores conversaciones. De ustedes tendría que decirse lo mismo que de los libaneses: quien no tenga un amigo regio, que se consiga uno.

Dicho lo anterior, quisiera pedir, con cariño, que nos expliquen el motivo o razón de que pretendan hacernos lo mismo otra vez, mandar a la más importante elección de la República a una persona sin preparación suficiente, a un perfil mediático, sí, pero bastante medianito.

Recuerdo cuando Jaime Rodríguez el Bronco se presentó en el Club de Industriales de Polanco en julio de 2015. Vivía su mejor momento. Pintoresco, francote, medio mesiánico (lo cual es imposible, no hay grados), dueño de soluciones voluntaristas, convenció al medio millar de empresarios que lo recibieron como gobernador electo. Fue amor a primera vista entre la IP chilanga y él.

¿Qué quedó de tanta esperanza que hizo albergar el Bronco? ¿La frase que pronunció en un debate de 2018 de que mocharía la mano a los rateros? ¿Su fracaso contra la corrupción? ¿Arrancar como un Llanero Solitario vestido de negro que iba a acabar con los malos y terminar en una cárcel, enfermo?

México es un país tan pero tan bendecido que vean por ejemplo estados como Quintana Roo. Hagan la lista –de memoria, eh, no se requiere internet– de malos gobernadores que ha tenido esa entidad. Medio siglo de aguantar a uno peor que otro, hasta hoy. Sin embargo, es fuente de fortuna para tantos, y de explotación –por desgracia– para muchos, demasiados.

En sentido inverso, ustedes parecen últimamente afanados en empatar un récord similar. A diferencia de la Riviera Maya, dotada de maravillas naturales, es orgullo de ustedes domar territorio adverso para forjar prosperidad. Dan lecciones de eso, y nadie puede regatear sus éxitos industriales o educativos.

Qué misterio que en el terreno político Nuevo León sea tan distinto. Que lleguen a las oficinas de gobierno gentes que prometen un montón y se desinflan a la primera de cambio, y sobre todo que no empatan con la idiosincrasia de una sociedad que se jacta de estar en constante superación.

Ahora bien, si ustedes están satisfechos con su clase política, que ni con las alternancias parece abocada a mejorar generación tras generación, pues muy respetable, cada quien sus defectos, llámense el Bronco, Sócrates Rizzo (PRI), Fernando Canales (PAN) o Samuel García (Movimiento Ciudadano), etcétera.

Pero por qué ese afán fregativo de que los demás también padezcamos, así sea sólo por unos meses, la monserga de gente que pues ustedes eligieron así que sólo toca a ustedes bañarlos. Qué les deben los demás mexicanos para someternos a las ideas (es un decir) del aspirante Samuel-el-no-doy-una.

De verdad qué intriga. Va otra pregunta: luego de lo que han visto estos dos años de García como Ejecutivo del estado, ¿ustedes allá en NL le darían una chamba del nivel del sueldo que hoy recibe? ¿Le encargarían una empresa que, toda proporción guardada, tuviera similar presupuesto e importancia?

¿Entonces? ¿Por qué él no se queda a demostrar que puede con el paquete? ¿Qué prisa por huir del honor de servir? ¡Ah! Ya entendí. Qué astutos. Así se deshacen de él. ¡Ah! Bueno, siendo así, vale la pena soportarlo unas semanas de gira si de esa forma se le quita tanta responsabilidad. Qué listos ustedes.

Siendo así, cuenten con nosotros para que no vuelva.

Abrazo, y hasta pronto, queridos amigos regios.

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