La Feria

Pensiones: PRI muestra los instintos correctos

Ese partido, experto en sobrevivir y acomodarse a las siempre cambiantes circunstancias, tiene un ajedrez en el que trata de adivinar las jugadas de AMLO.

Se necesita ser tonto o inexperto para, en el preámbulo de una campaña presidencial, anunciar que votarás en contra de una reforma a las pensiones que ni se ha presentado. Lo seguro es decir que bienvenida una iniciativa en ese sentido, como ha hecho el PRI.

Los priistas muestran colmillo. Andrés Manuel López Obrador se adueñó de la campaña electoral anunciando en un mitin, ni siquiera en la mañanera –el matiz cuenta–, que echaría abajo una reforma que el anterior régimen instrumentó en contra de los trabajadores. Palabras más palabras menos.

Todas las alertas se encendieron. Qué tal que el Presidente quiere, a la López Portillo, dar un manotazo contra las finanzas justo en su último suspiro de poder. El debate de expertos y analistas va de un lado a otro. Pero, es preciso asumir, el PRI tiene otros datos, y suficiente intuición.

Aunque no son reporteros, los priistas saben reportear. No son pasivos, ni esperan a que las circunstancias los tomen por sorpresa. Tienen otros defectos, no el de la falta de malicia, ni el de quedarse con las dudas de qué quiso decir AMLO con su anuncio sobre pensiones.

El PRI va y pregunta, habla, dialoga, parlamenta con propios y extraños. Muchas veces para mal, pero no suele quedarse de brazos cruzados días y días mientras otro actor poderoso, en este caso Andrés Manuel, agita el avispero con un anuncio de reformas. Saben que la realidad no nace, se hace.

Y saben otra cosa. La información es para usarse o vale nada. Lo aprendieron en Gobernación hace miles de años (es un decir, pero es como si habláramos de otra época). De ahí que no sea sorpresa que cuatro semanas después de que el Presidente dijo que va por una reforma, ellos digan que también.

En lo que llega el anuncio específico de esa reforma, quieren ser el free rider de las mismas, no el torpe que resulta aplastado porque se atravesó a lo menso.

Si la iniciativa que el tabasqueño presentará el lunes resultara intransitable, por dañina en términos de presupuesto y/o legalmente, los priistas tendrán margen para alegar dos cosas: que vieron con buenos ojos lo que parecía una idea justa, y que no siendo el caso, responsablemente, se bajan del tema.

De lo contrario, aspiran a compartir algo del crédito que se anote AMLO por matizar aberraciones de un modelo que nunca reparó en que la clase trabajadora recibiría morralla luego de trabajar décadas. Como lo hicieron con Fox y Calderón, buscan ser vistos como la oposición “responsable”.

Sí, la tentación inmediata es acusarlos de que son el PRIMOR, que tienen un pacto, que ya está cocinándose la traición al frente, que la divisa debería ser que con Palacio Nacional ni a la esquina... ¿De verdad alguien cree que se gana algo diciendo no a revisar pensiones en año electoral?

El PRI –hay quien se niega a verlo– es el adulto en la mesa de la oposición. Sí, el PRI de Alito Moreno, porque hoy no hay de otro.

Ese partido, experto en sobrevivir y acomodarse a las siempre cambiantes circunstancias, tiene un ajedrez en el que trata de adivinar las jugadas de AMLO. La de las pensiones resulta obvia. El 5 de febrero conoceremos otras que seguramente indigestarán a múltiples partidos.

El tricolor dirá sí a aumentar unos cuantos de miles de pesos la pensión a los trabajadores más precarizados. Ya luego verán qué hacen con la propuesta de trastocar el Judicial u órganos autónomos. Seguro andan reporteando para al menos no perder por default.

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