Imaginen a 45 mil jefas o jefes de familia que, tras una vida de trabajo, en 2027 se van a casa a gozar de un retiro con su salario íntegro. Eso podría ocurrir con la reforma que propone el gobierno de López Obrador.
¿Son pocos 45 mil jubilados para tanto ruido desde el 5 de febrero, cuando en Palacio se dio a conocer esa propuesta? En 2027 son 45 mil 776 para ser exactos, según cálculos que ha hecho la propia administración sobre el costo del subsidio que se requeriría para pagarles 100 por ciento de la tasa de reemplazo.
En esas condiciones, y si la reforma se aprueba, el año entrante 23 mil 723 pensionados no verán su ingreso disminuir, y el siguiente ya serán 32 mil 941 en similar situación. La tasa de reemplazo en vez de rondar la mitad, sería de 100 por ciento.
Para 2030, cuando termine el sexenio que arranca en octubre, las personas beneficiadas con ese subsidio serían 96 mil 868. Y al finalizar un periodo presidencial más se triplicarían: 315 mil 302. Justo el año siguiente se agotaría el fondo semilla (64 mil millones de pesos) que AMLO propone.
De 45 mil beneficiarios en la mitad del siguiente sexenio a siete veces ese número en 2036. Tal es el conjunto que busca beneficiar en las próximas dos administraciones la iniciativa que forma parte de las 20 leyes que quiere modificar el Presidente.
Con esos números en mente la discusión tendrá que basarse en cómo lograr en efecto los fondos para el arranque y, sobre todo, cómo financiar más allá de 2037: el total de beneficiarios en 2050 sería 3 millones 537 mil 581. El cálculo oficial es que ese año se requerirían 170 mil millones.
La oposición ha dicho estar dispuesta a votar a favor de la iniciativa de pensiones. El Presidente llegó a saludar, cosa rara en él, las declaraciones de Xóchitl Gálvez de que, en efecto, buscarían aprobar esa reforma que, como no podría ser de otra manera, Claudia Sheinbaum impulsará aún más.
Pero reitero lo aquí señalado este lunes: las campañas electorales, y más estas en medio de tanta polarización, harán que se digan cosas que ni son ni se pueden: quedan fuera quienes ganan más del salario promedio registrado en el IMSS (16 mil 777 pesos mensuales) y, por supuesto, tiene otros requisitos como tiempos de cotización, etcétera.
Decirle hoy a 45 mil 776 familias que para 2027 ya estarían en este esquema pensionario, que en ese año su ingreso será como si siguieran trabajando, es una excelente oferta de campaña. La oposición difícilmente sacará beneficio político de darle ese triunfo propagandístico a Morena.
Y si el partido del Presidente logra explicar que la oposición rechaza en el Congreso una iniciativa para que desde este mismo año 13 mil 238 trabajadores no vean caer su ingreso por el solo hecho de jubilarse, pues doblemente podrán hacer campaña con esta iniciativa.
Ahí están los números que se revisan en el propio gobierno con respecto al flujo de recursos que se requerirán anualmente y de manera progresiva para cubrir el subsidio.
El otro debate, nada menor, es si realmente tiene el gobierno la posibilidad de crear el fondo semilla, porque cuando se anunció esta reforma se habló de que saldría de la venta de activos de Fonatur, de los remates del coso ese que se supone que vende lo que al pueblo le habían robado, de fideicomisos inclusive del Poder Judicial…
Cuarenta y cinco mil 776 familias cuya cabeza reciba en 2027 ingreso completo tras una vida de trabajo son muchísimas como para manipular su ilusión por mera estrategia de propaganda electoral. De uno y de otro lado.