Jaime Bonilla contó ayer que cada mañana se despierta con la convicción de que gobernará Baja California durante cinco años, y no dos, que fue el término establecido en la reforma de 2014 para la elección del pasado 2 de junio.
De visita en Ciudad de México, en un encuentro con tres periodistas, Bonilla es contundente: "No hay marcha atrás. Mi periodo de gobierno es por cinco años. Yo me registré por cinco años, yo hice campaña y un proyecto de gobierno de cinco años".
Desestima la polémica que ha surgido en la capital luego de que la anterior legislatura de Baja California, en modo constituyente, ampliara –pasada la elección del 2 de junio– de dos a cinco años el periodo para el que fue votado Bonilla. "Es una mamada, aquí hay una desinformación de la chingada".
Es igualmente enfático al decir que va a ganar la disputa legal para gobernar cinco años, como al afirmar que aceptará cualquier decisión que sobre el periodo de su gubernatura tomen instancias como la Suprema Corte de Justicia de la Nación: "Yo respeto la decisión de la Suprema Corte. Creemos que vamos a ser exitosos. Estoy seguro de que la vamos a ganar. Pero si dicen que dos años, me quedo dos años, a ver cuánto alcanzo a hacer de mi proyecto".
Los argumentos de Bonilla sobre su optimismo van desde errores de la reforma electoral de 2014 (no se cumplieron debidamente notificaciones, según él), hasta la soberanía del Estado: "yo he preguntado cuál es el artículo que se viola, ninguno. Los diputados (como constituyentes junto con las alcaldías) votaron ampliar el periodo porque fue un mandato del pueblo. Ellos se van con el ganador. ¿Nunca han oído esa frase?". No descarta, eso sí, que los diputados hayan votado también buscando un bien personal: "para congraciarse, para que no se les persiga".
Incluso en la reunión se llega a mencionar que en una de esas el periodo de Bonilla como gobernador es de seis años, porque no hay ningún límite, salvo el que marca el artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que topa en esa cifra el máximo de número de años para un mandatario estatal.
El gobernador electo desestima las versiones que hablan de corrupción, de pagos para que los anteriores diputados aprobaran la ampliación de mandato, para que le regalaran tres años más: "claro que no (hubo sobornos), claro que no. Son calumnias. Es muy fácil (calumniar). No tienen pruebas. La única que tienen es una rueda de prensa (donde un diputado denunció el supuesto pago ilegal) y ya se retractó".
Se le pregunta que si cuando llegue al puesto, y para entonces no se ha publicado la reforma, él lo hará: "cuando llegue a ese puente lo voy a cruzar. Yo tengo el deseo de que la publiquen".
Dice que aunque habla a menudo con el presidente López Obrador, este asunto no lo han abordado. Se le señala que es difícil creer eso, a lo que un poco exaltado responde: "Él no lo permitiría. En esos temas no se va a meter. Hablamos de la familia y de béisbol".
La entrevista informal concluye con preguntas sobre si va a perseguir a Kiko Vega, actual gobernador de Baja California:
"Yo sé que se ha chingado mucha lana. Al pueblo de Baja California lo saqueó. Así que sin cacería de brujas, pero voy a hacer justicia. No voy a parar las denuncias (existentes). En la transición hemos detectado casi 800 aviadores: tenían a la estructura electoral del PAN metida en la Secretaría de Educación y en la Comisión del Agua".
En la mesa, sus colaboradores cuentan que se le quitaba a los empleados el 2 por ciento de sueldo para pasarlo a una fundación panista, Centro de Estudios y Análisis Humanistas, A.C., ligada al presidente estatal blanquiazul, José Luis Ovando Patrón.
"Yo le digo 'Rovando' Patrón, le agrego una r", agrega Bonilla, quien remata: "a esos sí los vamos a perseguir".