Hay veces que es cierto eso de que buenas noticias no son noticia. Informaciones que no hacen el ruido que deberían, digamos. Algo de eso pasó con el cambio de estafeta en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Mientras el relevo en la CNDH es –en presente, porque sus malas consecuencias apenas comenzarían– un desastre, en el Conapred se fue una gran titular y llega una persona cargada de buenas expectativas.
Alexandra Haas se ha retirado del Conapred en medio de reconocimiento generalizado. Llegó con la anterior administración, en la que constituía –cosa rara en ese gabinete– un perfil profesional, con capacidad de convocatoria y vocación de independencia. Si el peñismo hubiera tenido un puñado de esos casos, otro ganso les hubiera graznado.
Con esos atributos, durante su periodo logró encauzar esfuerzos de distintas OSC para dar relevancia a las discriminaciones que sufren las trabajadoras del hogar, cuya agenda y normatividad, gracias a Conapred, dio un salto cuántico en estos años. Tuvo muchos otros temas en su agenda, pero destaco esto para que se aquilate que un cambio sí es posible en corto plazo.
Haas se ha retirado del Conapred luego de demostrar que en puestos como el suyo luego los gobiernos envían a gente que sólo va a farolear, a la foto y el listón, pero que cuando llega un cuadro de incansable labor y talante negociador, como Alexandra, tales órganos logran más que lo que luego sus estatutos les posibilitan. Son más que la suma de atribuciones, le sacan al equipo, en este caso incluido el Consejo, todo su potencial.
Como sustituta de Haas llega Mónica Maccise. Y lo primero que hay que destacar es que el proceso de decisión estuvo libre de ruidos, polémica y grillas. Habla bien de este gobierno que puede hacer las cosas de esta manera, que no pretendieron pagar algún favor poniendo ahí a alguien irrelevante y que pueden alejarse de los arrebatos que luego se le han visto en otros nombramientos. Punto para la secretaria Cordero y para el subsecretario Encinas. Qué les cuesta, caray.
Con experiencia en puestos clave del Inmujeres y en la titularidad de la unidad técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del INE, Maccise podrá aplicar su dominio en los vericuetos de la burocracia para que su plan de trabajo logre el máximo impacto en campos en situación alarmante para este gobierno, como es el caso de las políticas de migración. Contará para ello con presupuesto adecuado, legado final de Haas para Conapred.
No se puede dejar de mencionar del CV de la nueva titular, que en el Instituto Nacional Electoral encabezó campañas permanentes de inclusión.
Si los de mente pacata tuvieran tantita humanidad y se acercaran a conocer la razón y el impacto de iniciativas como la de Maccise a favor de candidaturas de personas trans, y acciones tan obvias como los respectivos baños del INE, México avanzaría más rápido y con menos polarización a un ambiente de derechos plenos para todos.
Encargada de género en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Maccise no sólo ha abogado para que se instale de manera permanente un enfoque de género en la práctica de los juzgadores, sino que ha destacado por buscar el diálogo entre distintas posturas feministas con el objetivo de privilegiar que todas las mujeres tengan una vida libre violencia y que el diálogo de los diferentes feminismos con otros colectivos y grupos vulnerables formulen soluciones concretas y abonen al cambio cultural.
No hizo mucho ruido el cambio en el Conapred. Pero es una gran noticia.