Juan Carlos Lastiri fue detenido ayer en Puebla, su estado, y trasladado a un reclusorio de Ciudad de México.
El dos veces subsecretario de Estado con Rosario Robles, en la Sedesol y en Sedatu, está involucrado en la firma de convenios de la llamada 'estafa maestra'.
Ocurrida en el poblado de Zacatlán, por agentes que no se habrían identificado plenamente, se llegó a decir que la retención podría tratarse de un secuestro. El gobernador poblano confirmaría que fue interceptado por agentes, no por criminales.
La Estafa Maestra documenta el desvío de 7 mil millones de pesos por once dependencias en la primera parte de la administración Peña Nieto. Para ello se utilizó principalmente a universidades, que fuera de la ley entregaron contratos a empresas que a su vez traspasaban los dineros o no entregaban lo contratado. Sedesol, donde Lastiri fungió como subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, es sólo una de esas instancias.
Primeras versiones indican que la detención de Lastiri obedece a convenios firmados con dependencias del Estado de México y de Tlaxcala.
Si tal cosa se confirma, estaríamos ante una detención mayor: la de un priista de superior prosapia tricolor que Rosario Robles. Su perfil le dio a Lastiri para pretender la candidatura a gobernador de Puebla; no logró que lo abanderaran, pero bajo las siglas de su partido compitió infructuosamente por la senaduría en 2018.
La detención de Lastiri abre interrogantes sobre el manejo del caso 'estafa maestra' en la administración López Obrador: ¿Por qué sólo ha caído gente de Desarrollo Social? E incluso si sólo nos abocamos al entorno de la exjefa de Gobierno perredista, ¿por qué están siendo procesados Rosario Robles y Lastiri, y no Emilio Zebadúa (oficial mayor de Robles durante el sexenio) y otros que con similar perfil operaban en esa dependencia y en Sedatu, pero que siguen sin aparecer en las pesquisas?
Robles lleva dos meses y medio en la cárcel en un procedimiento –su encarcelamiento– cuestionado por muchos como injusto, pues no pareció nunca que la exfuncionaria tuviera intenciones de sustraerse de la acción de la justicia, como argumentan Fiscalía y juez, pero le impidieron seguir su proceso en libertad.
Si un secretario de Estado nunca firma nada, pero por lo mismo pretenden acusar a Rosario Robles de omisa en sus responsabilidades, la detención de Lastiri, que sí ha firmado convenios, es de un corte distinto.
Se trata de un engrane operativo que no sería raro que tenga mucho más claro, y por tanto convenga más a los fiscales, cómo sí operaban los desvíos, quiénes los instrumentaban e incluso quién los ideó como para que fueran un mecanismo transversal que "de repente se puso de moda" en once dependencias del peñismo, entre ellas Petróleos Mexicanos, la que más convenios millonarios firmó, o Comunicaciones y Transportes, cuyo extitular Gerardo Ruiz Esparza, según columnistas como Mario Maldonado, estaría en la mira de los fiscales por este mismo caso.
¿Mantendrán a Lastiri en prisión como lo han hecho con Rosario Robles? Y si han decidido ir por alguien que habría firmado convenios por unos cuantos de cientos de millones de pesos, ¿cómo entender que no vayan luego por gente de otras dependencias donde también hubo desvíos, como Banobras, que en ese momento dirigía (es un decir) Alfredo del Mazo, hoy gobernador (es otro decir) del Estado de México?
La caída de Lastiri abre un nuevo capítulo de la 'estafa maestra', pero sin lastimar su presunción de inocencia, falta ver a muchos más explicar esos desvíos antes de creernos que Rosario no es sólo un chivo expiatorio.