Distintos expertos han deplorado, con fundadas razones, la actuación de la Suprema Corte de Justicia en el caso de la consulta que le regalaron a Andrés Manuel López Obrador. Al atropello a la Constitución, sin embargo, hay que añadir la irresponsabilidad de una mayoría de ministros que entregaron al presidente de la República un instrumento político con el que manipulará no sólo las elecciones venideras, sino lo que en última instancia les tocaba resguardar: la justicia.
Hay gente que piensa que todo nuestro problema nacional se debe a que Ya Saben Quién ganó la presidencia. Desde entonces, las puertas de los avernos se abrieron por una 'mala decisión' del pueblo de México, están convencidos los del bando Se-Les-Dijo.
Ese sector, no menor en poder, pero sí minoritario, nunca se ha hecho cargo de las enormes deudas que los pasados sexenios contrajeron con los mexicanos. Esa élite político-empresarial explica la victoria de AMLO como un error que era evitable, no como una consecuencia inevitable de su histórico desdén ante el reclamo de tener un país de justicia y democracia plenas.
Por el otro lado, también es cierto que desde su triunfo, López Obrador ha tomado una serie de medidas –y lo que falta– que configuran una receta para el colapso económico e incluso retroceso político.
Pero si esto último ha sido posible, no necesariamente es sólo por el resultado del 1 de julio de 2018, sino por lo que muchos han dejado de hacer, o de ser, desde esas elecciones hasta ahora.
Ganó AMLO, sin duda, pero desde esa fecha no pocos o no quisieron o no pudieron seguir siendo los que habían sido cuando no había un presidente fuerte. Como la Suprema Corte, o más precisamente su cabeza actual, Arturo Zaldívar.
La votación de la semana pasada en la Corte, que con voto dividido aprobó una consulta que nadie sino seis ministros –con endebles justificaciones– consideraron constitucional, tendrá consecuencias serias, pero de eso no podemos culpar a López Obrador, sino a Zaldívar.
Porque el macarrónico argumento del presidente de la Corte de que había que atender algo más que la Constitución para revisar la petición de López Obrador, ha dado por resultado que le regalaran al tabasqueño la redacción de una pregunta que puede ser usada para todo, mas no necesariamente para avanzar en la justicia.
El texto de la pregunta no es un galimatías, pues no es un problema de lingüística lo que está en juego. Con el argumento, que será comprado sólo por gente de muuuuy buena fe, de que la Corte pone en la mesa una pregunta que derivará en comisiones de la verdad, se escondió la segunda sumisión de los ministros que aprobaron esa consulta: le regalaron al Presidente una redacción totalmente maleable, tanto que ahora Monreal anuncia que la aplicarán en las elecciones de 2021.
Si la Corte hubiera detenido una consulta que los expertos consideraron aberrante, no estaríamos ahora rumbo a la posibilidad de que AMLO esté en la boleta, con su muletilla de enjuiciar a los expresidentes, en la elección del año entrante. Al final, y gracias a la Corte, manoseará a la justicia para hacer politiquería.
Claro, habrá quien culpe de todo este garlito al Ejecutivo. Sin duda éste intentó la jugada, pero fue la incapacidad de ministros como Zaldívar, de ser quienes en el pasado fueron, lo que abrió de par en par a Andrés Manuel la portería.
Así que ojalá cada quien revise cuánto ha hecho, o dejado de hacer, para que lo que nos está pasando no sea sólo culpa de AMLO, o de quienes le votaron.