Un texto publicado aquí sobre –entre otras cosas– si valía o no la pena hacer desplegados dirigidos al presidente de la República, ha motivado respuestas por escrito de tres respetados articulistas y mejores personas: Ricardo Becerra, Jorge Andrés Castañeda y Nicolás Alvarado.
La columna 'A mis queridos, y errados, abajofirmantes' (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/salvador-camarena/a-mis-queridos-y-errados-abajofirmantes) destacaba la importancia de crear iniciativas que no provengan de AMLO, su entorno y su partido, y de dejar de enviarle desplegados al mandatario.
Becerra replicó en Twitter, Castañeda y Alvarado usaron sus respectivos espacios editoriales para refutar o cuestionar lo planteado en La Feria del 27 de abril. Los cito porque creo que, y de ahí mi título de hoy, mejoran lo expuesto en mi columna sobre la pertinencia de escribir y publicar desplegados, o de reclamar acciones al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Pongo fragmentos en orden de aparición cronológica.
Ricardo Becerra expuso:
"Los pronunciamientos son útiles porque le dicen a los otros (a los muchos otros) más allá del Presidente y los suyos, que hay diferencias, alternativas y que se razonan. Están mejor pensadas y articuladas. El mensaje: hay de otra. Un modesto pero sano servicio al pluralismo.
"Los abajofirmantes intentamos recuperar aquel sentido estoico que los antiguos denominaban hecho testimonial. Así sea sólo para que cada quien se haga cargo de sus acciones y omisiones, también de sus silencios. En ese sentido es un acto de conciencia útil, sobre todo, para uno mismo.
"Se trata de crear una corriente de opinión pública informada... Un valor democrático en sí mismo: crear una corriente de opinión documentada. ¿Cuándo dejó de ser importante esa tarea? Colocar un puñado de datos, contrastes, buenos argumentos. Dar algo de parque al debate político. Labor que cumplen, de vez en vez y en bola, los abajofirmantes". https://twitter.com/ricbecverdadero/status/1255176861686157312
Jorge Andrés Castañeda, por su parte, señaló que "ante esta falta de apertura (del gobierno de AMLO) algunas voces argumentan que las soluciones están en la sociedad civil y en el sector privado; que hay que dejar de ver al gobierno para buscar soluciones a la crisis económica.
"La magnitud de la crisis requiere más Estado y no menos; y en nuestro país eso quiere decir el gobierno federal.
"Los estados más 'ricos' como Jalisco o Nuevo León podrán mitigar los efectos de la crisis, pero, ¿cómo le va a ir a Oaxaca o a Guerrero? Las medidas de Banxico y de BID Invest ayudarán a los sectores más dinámicos de la economía mexicana: a las grandes empresas y a las cadenas manufactureras. Como es de esperarse, los que estaban en una mejor posición de inicio, cuentan con la capacidad de buscar soluciones. ¿Pero el resto de la economía? Por esto es fundamental exigir que el gobierno federal intervenga con un esfuerzo fiscal sin precedentes, como lo están haciendo todos los países del mundo. Lo que está haciendo hoy no es suficiente. (…) Aunque sea a oídos sordos, no se puede dejar de pedir más al gobierno federal". https://heraldodemexico.com.mx/opinion/ante-oidos-sordos-solo-queda-insistir/
Finalmente, Nicolás Alvarado, en Milenio, expuso: "No soy legislador, ni parte de un organismo internacional o cámara empresarial. Mi herramienta es la pluma, como es la de Camarena. Escribo textos. Aquí llevan sólo mi firma y, en otros espacios, la unen a otras. Esa suma de ideas e identidades, dispersas o articuladas, construye una voz más sonora, que el Presidente elige desantender pero incide sobre otros actores. No son mérito nuestro las acciones recientes del Banco de México, BID Invest o los legisladores de oposición, pero sí hemos contribuido a atraer su atención hacia errores y abusos del gobierno y a moverlos a la acción. Creo, pues, que escribir y firmar, solos o en grupo, tiene utilidad. Que evidenciamos problemas, y tenemos tareas urgentes y una toral: convencer de que México no puede ser el país de un solo hombre, sea éste o cualquier otro". https://www.milenio.com/opinion/nicolas-alvarado/fuera-de-registro/abajofirmantes-no-tienen-quien-los-lea
Suscribo lo que exponen. Pero eso no nos acerca a soluciones.
Contribuir a generar "una corriente de opinión pública informada" para dar un debate en donde se "evidencien tareas urgentes y problemas" y se advierta que en medio de estas crisis se requiere más, no menos Estado es un deber, pero en las actuales circunstancias no alcanza, pues la administración desdeñará esos llamados.
AMLO ha roto el acuerdo tácito de que los otros importan: ni sus datos, ni sus ideas.
Tendríamos, en todo caso, que hacer como él: buscar un público que sí atienda esos llamados.
El reto es gigante. No sólo hay que reunir evidencia para denunciar problemas de urgente atención, sino construir el espacio donde se daría ese debate, para evitar que el Presidente lo capture o asfixie (prensa) o manipule (redes sociales).
Los desplegados podían tener pertinencia e ideas, pero el formato no vuela más. No con AMLO.
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