A quienes siguieron en esta columna las entregas relativas a un caso de robo de identidad, y posteriores fraudes en establecimientos bancarios y departamentales, donde a la persona a la que le robaron su INE le metieron goles por 400 mil pesos, les tengo novedades.
Gracias únicamente al esfuerzo de la víctima, hoy los cargos de los siete bancos y las tiendas departamentales han sido borrados. No fue sin costo: esta persona dejó de trabajar días enteros, que suman más de 20 a lo largo de los últimos cinco meses (el robo ocurrió a principios de julio) para atender esa contingencia.
Pero hay dos puntos pendientes. Uno: si después de que visitas Profeco, Condusef, PGJDF, PGR y cada una de las instituciones bancarias donde pidieron crédito a tu nombre, si tras eso te quitan los cargos que te hicieron, ¿ya te repararon el daño? Si no hay investigación sobre los que te robaron la credencial y sobre los que hicieron los fraudes, ¿ya te repararon el daño? Si la propia PGR te invita ya a dejar las cosas por la paz, a que aceptes que archiven tu caso sin siquiera haber intentado una pesquisa sobre los rateros (porque hubo quién se llevó a casa productos y dinero por casi medio millón de pesos), ¿ya te repararon el daño?
Entonces, el primer asunto pendiente es que si eres víctima de robo, prepárate a hacer una peregrinación que ni las del Jesús de Iztapalapa en Semana Santa. Y cuando logres que te borren lo que tú no consumiste, prepárate para que la Procuraduría General de la República reconozca, en tu cara, que no ha iniciado la investigación, que no piensa hacerlo y que ojalá como cosa tuya comprendas que se van a dedicar a otra cosa (no sabemos a qué).
El otro asunto pendiente es que, dado que no habrá pesquisa, y por ende será imposible que detengan a nadie de los que perpetraron ese robo, qué garantía tenemos de que tú, o yo, mañana no pasemos por similar calvario. Dicho de otra forma, si hay un ciudadano que no se resignó a que le robaran, sino que ha insistido sin éxito a la autoridad para que encuentren a los rateros, entonces estos –en total impunidad– lo intentarán de nuevo… porque entre otras cosas también queda en duda qué tanto colaboran en este asunto, el de evitar futuros fraudes, los bancos.
Nuestra víctima me cuenta que en su caso "todos los bancos resolvieron a su favor, pero aunque Condusef les pidió la documentación relacionada con la denuncia –contratos, registro de movimientos y personal involucrado, etc.–, ellos contestan que ya hicieron una indagatoria interna, que ya aceptaron la conciliación y eliminaron la deuda, así que no entregarán documentación, en parte con el argumento de que Condusef no es autoridad judicial, y en parte porque ya aceptaron asumir el costo. Eso significa, por otra parte, que la víctima no tendrá esa documentación (fotografías y biométricos de los defraudadores, por ejemplo), por lo que tiene que rogarle a la PGR, autoridad competente (es un decir), que sí solicite esos documentos… sólo para luego descubrir que si a la PGR le valió madres Odebrecht, más madres le valdrá usted o yo en un robo de identidad y fraudes relacionados.
¿Dicho eso qué queda? No mucho, pues la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha dado a los bancos una nueva prórroga para contar con un robusto sistema de validación de identidad.
Es decir, las instituciones bancarias debieron tener lista en agosto pasado una manera de verificar identidad que incluyera biométricos. Luego de ese plazo, se les permitió que estuvieran listos este 14 de diciembre (sí, pasado mañana). Pero resulta que ahora, si se acogen a un procedimiento que validará la Asociación de Bancos de México, cualquier institución bancaria podrá tener otros 15 meses (hasta marzo de 2020) para implementar un sistema que podría prevenir fraudes como los que padeció nuestra víctima.
Encima, hay denuncias ante la CNBV por parte de un desarrollador de tecnología de que ese organismo gubernamental estaría permitiendo que sean los bancos los que marquen las pautas de esa implementación, e incluso que estarían resolviendo qué proveedores de tecnología se usaría o cuáles no, lo que dejará fuera de posibilidades de participar en la construcción de ese sistema de identificación, que incluye biométricos, a algunas empresas (hay un oficio del 28 de noviembre de una empresa de nombre FIMPE a la CNBV, donde se exponen dudas con respecto a lo que ocurre con ese sistema).
A final de cuentas, el punto es que la banca tendrá dentro de su propia organización la posibilidad de hacer su propio sistema, pero para ello contará también con más de un año.
Mientras, a ver quién garantiza los derechos de las víctimas, porque la PGR no.
Aquí las ligas de las historias anteriores:
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/salvador-camarena/robo-de-identidad-la-pesadilla-sigue