La llenaron de comisionados de cuestionadas cualidades técnicas, orillaron a su presidente a la renuncia y ahora le impiden publicar resoluciones. Así intenta el presidente Andrés Manuel López Obrador la muerte de la Comisión Reguladora de Energía.
El asalto del gobierno de López Obrador a este ente autónomo no conoce igual. Se llegó al punto de exhibir en Palacio Nacional a Guillermo García Alcocer, expresidente de la CRE hasta hace un mes y a quien se acusó de haber incurrido en conflicto de interés.
La intentona no prosperó, pero sirvió como muestra de que esta administración no reparará a la hora de echar toda la maquinaria encima de quien se presuma independiente de los deseos lopezobradoristas.
Igualmente, las críticas en la prensa y redes sociales por la escasa (por no decir nula) experiencia de los candidatos propuestos por el actual gobierno a un asiento en la CRE encontraron en AMLO un desdén olímpico.
Así, desde arriba –debilitando a García Alcocer– y desde abajo –metiendo comisionados a modo– se logró desbielar a un ente regulador.
Si ya hoy ese órgano tiene vida artificial, ¿qué más faltaba por hacer al respecto?
La respuesta la tienen tres oficios de la Secretaría de Energía, emitidos en abril pasado, y mediante los cuales la oficina de Rocío Nahle pretende dejar sin efectos sendas resoluciones tomadas por la CRE en enero, es decir, resoluciones tomadas por la CRE que AMLO no había capturado.
Este lunes, el reportero Samuel Adam dio a conocer que la Sener pidió a la Secretaría de Gobernación cancelar la publicación en el Diario Oficial de la Federación de tres acuerdos de la CRE, a pesar de que, como consigna el periodista, estamos hablando de un órgano desconcentrado con autonomía técnica, de gestión y de decisión.
Los oficios obtenidos por Adam muestran que el 29 de abril, el jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Sener, Alejandro Morales Becerra, "pidió al director general adjunto del Diario Oficial de la Federación, Alejandro López González, no publicar tres acuerdos tomados por los comisionados de la CRE".
La Sener quiere dejar sin efectos los acuerdos A/001/2019, A/002/2019 y A/005/2019, aprobados en enero.
En torno al A/001/2019, la Sener argumenta que "la CRE está excediendo el ámbito de sus atribuciones con la emisión del presente acuerdo, al restringir las facultades del control respecto al Servicio Público de Transmisión y Distribución de Energía Eléctrica".
Sobre el A/002/2019, que habla de disposiciones administrativas en la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución de Energía Eléctrica, "la Sener señala que el acuerdo desconoció los argumentos presentados por la Comisión Federal de Electricidad ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria respecto a las implicaciones de la medida".
Y sobre el acuerdo A/005/2019 –sobre los productos y servicios que puede ofrecer la industria eléctrica que almacene energía, para abrirles las opciones de distribución–, la Secretaría de Energía señala que "la CRE está excediendo el ámbito de sus atribuciones al pretender realizar funciones que le corresponden de manera exclusiva al Poder Legislativo".
Es evidente que lo que el gobierno pretende es regresar a un escenario donde la Comisión Federal de Electricidad funja como monopolio de Estado y se limite la apertura del mercado energético.
En columnas anteriores califiqué como veto de bolsillo la falta de publicación del Diario Oficial de la Federación de algunas de las resoluciones de la CRE. Me equivoqué. Fue mucho más que eso: un nuevo ataque del gobierno a un ente exautónomo, al que nomás tres tiros le dio… hasta ahora.