Salvador Garcia Linan

El crimen como arma política

La muerte en la dictadura militar en Argentina se presentaba a consecuencia de la tortura, del shock de una fuerte carga eléctrica, a golpes y patadas.

En todo movimiento armado llevado a cabo por militares golpistas para tomar el control de un país, la muerte se utiliza como un arma política para lograr el objetivo del Golpe: el exterminio total.

¿En qué formas se presentaba la muerte en la dictadura militar en Argentina? La muerte se presentaba a consecuencia de la tortura, del shock de una fuerte carga eléctrica, a golpes y patadas, de la inmersión prolongada en un cubo de agua o en una pileta, de la sofocación y también de la muerte masiva, colectiva o individual, premeditada por el lanzamiento al mar o por el fusilamiento grupal.

Lo anterior es expresado y bien documentado en el libro: “Nunca Más”, que es el informe detallado y completo de la Comisión Nacional sobre la Desaparición Sistemática de Personas, en la última dictadura militar que padeció Argentina y que tomó el Poder con suma crueldad y violencia. El terrorismo desencadenado de forma masiva y sistemática por la Junta Militar, a partir del 24 de marzo de 1976, por militares golpistas, quienes con suma violencia y crueldad hicieron desaparecer a 30,000 personas, para “disciplinar a la sociedad”.

“En el exterminio por la dictadura militar en Argentina, la realidad fue otra. Hubo miles de muertos. Ninguno de los casos fatales fueron derivados por una sentencia. Por ello hubo miles de asesinados en forma injusta y muy cruel. Sin importar sus edades…

Técnicamente expresado: fueron homicidios calificados. Homicidios respecto de los cuales nunca se ha llevado a cabo una investigación profunda y jamás se supo de sanción alguna aplicada a los militares responsables. ¡Y fueron desaparecidas 30,000 personas detenidas!

Los secuestrados y los “desaparecidos” eran obligados a sentarse en el bordo de un pozo (Marzo 23 de 1984), atados, juntos hombres y mujeres, amordazados y vendados, y en forma simultánea, se les disparaban tiros arrojándolos después al pozo como bolsas de papas o de basura. Con el pie.

El General Centeno y cinco oficiales militares de alta graduación observaban las ejecuciones y empujaban con el pie los cuerpos, que por los disparos no habían caído dentro del pozo… Aun estando con vida, los muchachos y las muchachas y suplicando y llorando por su vidas…

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