Salvador Garcia Linan

Mensaje póstumo

Salvador García Liñán comparte, a manera de mensaje póstumo, algunos pensamientos que tenía la psicóloga Silvina García Millé sobre cómo las personas ven a los pacientes con cáncer.

"Me dan compasión las personas que tienen compasión de mí. Cuando los hombres dejan de verte con mirada compasiva y vuelven a verte con mirada libidinosa, es que ya no te ves tan cancerosa…

"¿Por qué las personas tienen compasión de mí?... Si no saben lo que es luchar por la vida como yo he luchado… Si no han experimentado lo que es estar tan cerca de la muerte (varias veces) y regresar a la vida con otra oportunidad… Si no han sentido las manos de Dios en mi cabeza que me dieron la sensación más grande de protección, paz y tranquilidad. Si no saben sacar lo mejor de la vida aún en los momentos más difíciles… Sin haber nadado en océanos, se ahogan en un vaso de agua… Si no han nadado a través de todos los obstáculos…

"Si no se han enfrentado a tantas predicciones en contra que afirmaban que era muy probable que muriera y me pasaran más cosas malas. Si no tienen la seguridad y tranquilidad de ser personas de bien, luchadoras y valientes…Si no tienen la seguridad y orgullo de haber dejado algo positivo, aunque sea en una persona… Si no tienen planes y acciones claras de ayudar a los demás, en lugar de pensar sólo en sí mismos…

"Si tuve la mejor infancia que se puede haber tenido… Si no tienen a los mejores padres, hermanas y amigos que alguien pueda pedir… Si no tienen el amor, cariño y apoyo incondicional de una pareja como lo tengo yo con Ulises… Si no vivieron, aunque sea por unos años, la mejor relación que se pueda tener con una hermana como yo la tuve con Guada…

"Creo que por todo esto, soy yo la que debería tener compasión de los demás".

Silvina García Millé

Psicóloga

29 años.

Nota final: Debido a un paro respiratorio del cual fue salvada. Silvina estuvo 18 días en Terapia Intensiva en el Hospital ABC. En este lugar es donde dice que sintió "las manos de Dios en la cabeza".

Nada funcionó. Dos meses después del doloroso diagnóstico. Silvina falleció en nuestra casa, tranquila y en paz. Ya no quiso regresar al Hospital ABC a volver a padecer de nuevo todo el doloroso y obstinado procedimiento médico con solo 15% de posibilidades de curación y de muchos meses más de sufrimientos indescriptibles. Sabía que estaba desahuciada…

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