Salvador Garcia Linan

Refinación del petróleo crudo I

Salvador García Liñán reflexiona sobre las condiciones en las que actualmente se encuentran las refinerías del país y de las omisiones que se cometieron en el pasado.

La complicada tecnología que se requiere para el proceso de generación de derivados del petróleo se basa en la "purificación" del crudo.

Una refinería convierte el crudo en varios productos derivados que usamos todos los días. Las viejas refinerías instaladas en México se dedican a la producción de combustibles para el transporte: gasolina para motores, diésel, combustible para aviones y líquidos que la industria petroquímica utiliza para fabricar una gran variedad de productos químicos y plásticos.

Si México hubiese tenido, en lugar de licenciados corruptos a presidentes: ingenieros, seríamos un país con un mejor aprovechamiento de los recursos petroleros, que desde hace más de un siglo se los hemos otorgado a extranjeros, desde antes de Porfirio Díaz hasta la fecha

Por la complicada tecnología, diseño, instalación y operación de una refinería de petróleo que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año, se requiere una gran cantidad de ingenieros, químicos y trabajadores técnicos.

He estado en las refinerías de Madero y Poza Rica, ambas subutilizadas. Las refinerías requieren una gran cantidad de terreno equivalente a varios cientos de campos de fútbol. Además, sus procesos implican siempre, si no se tiene previsión, funestas explosiones e incendios que matan a mucha gente. Por ello deben siempre localizarse en terrenos alejados de zonas habitacionales y mantener lejos también los peligrosos residuos del proceso de refinación.

Para medir los volúmenes de producción de petróleo, se usa el término: "barril de petróleo", el cual se compone de 42 galones, que es igual a 158.97 litros de combustible destilado.

Los subproductos del crudo obtenidos en el proceso de refinación son: gasolina, diésel, propano, combustible para aviones, etanol, lubricantes, asfalto, gas, cera, queroseno y otros productos misceláneos como combustibles líquidos.

Una omisión muy grave por corrupción (dejaba más dinero importar petróleo refinado) cometieron los presidentes abogados de México desde el año de 1960: no instalar en cada uno de sus sexenios, dos refinerías nuevas de petróleo.

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