Salvador Nava Gomar

AMLO vs. AMLO

En la noche de su victoria López Obrador expresó su “respeto a quienes votaron por otros candidatos y partidos”. Ese respeto lo enterró pronto en la montaña de palabras que usa para descalificar.

La victoria electoral del presidente López Obrador fue la más profunda de nuestras alternancias. Esperanzador como nadie para la población más desprotegida, generó también mucha preocupación en la clase empresarial. Sin embargo, la misma noche de su victoria dio un discurso tranquilizador para los mercados e inversionistas. A dos años, reproduzco aquí parte de sus palabras y las contrasto con sus propios hechos y dichos, pues se confronta a sí mismo y no sólo con sus críticos, medios y con quienes llama sus adversarios.

Después de agradecer a sus votantes expresó su "respeto a quienes votaron por otros candidatos y partidos". Ese respeto lo enterró pronto en la montaña de calificativos que usa para fifís, conservadores y corruptos de antes.

Llamó a todos los mexicanos a la reconciliación, pero hoy nadie confronta, divide ni instiga como él mismo en cada mañanera.

Dijo que "el nuevo proyecto de Nación buscará establecer una auténtica democracia, no apostamos a construir una dictadura, abierta ni encubierta." No hemos tenido un presidente tan centralista, unipersonal y todo poderoso como él. Critica a los órganos garantes de la democracia y no tolera ninguna clase de control ni contrapeso orgánico, justo como hacen los dictadores. Hoy se denomina "guardián de la democracia".

Anunció esa noche que "los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido, habrá libertad empresarial y libertad de expresión". El orden legal ha sido vulnerado por él (aeropuerto, permisos del Tren Maya, etcétera); ha atentado de frente contra la libertad empresarial al detener con una consulta ilegal la construcción de la cervecera Constelletion Brands y al cerrar las posibilidades de inversión privada en energía. Todos los días arremete contra los medios y amenazó con multar a quien lo critique. ¿Libertad de expresión?

"Erradicar la corrupción y la impunidad será la misión principal del nuevo gobierno […] incluyo a compañeros de lucha, a funcionarios, a los amigos y a los familiares –un buen juez por la casa empieza–". El Inegi acaba de hacer público que la corrupción aumentó en 2019, lo que comprueba la insuficiencia de sus discursos. Ante denuncias por corrupción de su equipo, los defiende. No tolera la adversidad ni las imputaciones y cree que su palabra purifica.

"Aumentará la inversión pública para impulsar actividades productivas y crear empleos". La economía está devastada y el presidente confunde regalar dinero con inversión y a los beneficiarios con trabajadores. El país descansa en las reservas neoliberales, pero vendrán tiempos muy difíciles, por más que diga que vamos mejorando en lo económico y en los contagios de Covid-19 (la semana pasada hubo tres máximos históricos).

"Escucharemos a todos, atenderemos a todos, respetaremos a todos, pero daremos preferencia a los más humildes y a los olvidados, en especial a los pueblos indígenas de México". Las comunidades indígenas que se oponen al Tren Maya fueron aplanados por tribunales de encargo. El presidente no escucha, combate; no atiende, decide; y no respeta, ataca.

"Cambiará la estrategia fallida del combate a la seguridad y a la violencia, más que el uso de la fuerza atenderemos las causas que originan la inseguridad y la violencia". Se equivoca con su inocente estrategia de "abrazos no balazos", al pasar por alto el saludo a la madre del peor delincuente y por dejar libre a su hijo. El presidente es tan confuso respecto de su rol que dice que la transparencia no sirve para nada y en cambio anuncia avances en seguridad.

"Habrá mando único, coordinación, perseverancia y profesionalismo en seguridad". Juzgue usted.

"Con el gobierno de Estados Unidos buscaremos una relación de amistad y de cooperación para el desarrollo, siempre con respeto mutuo y en la defensa de nuestros paisanos migrantes que trabajan y viven honradamente en ese país." La vergonzosa e inútil visita que hará comprueba todo lo contrario.

"Fue ejemplar la pluralidad y el profesionalismo de la prensa, la radio y la televisión; los medios de información no fueron como en otras ocasiones, correas de transmisión para la guerra sucia. También mi gratitud a las benditas redes sociales." Hoy se dice el presidente más criticado de la historia y encasilla a los medios entre sus adversarios.

"Voy a gobernar con rectitud y justicia, no les fallaré, no voy a decepcionarles, no voy a traicionar al pueblo, mantengo ideales y principios: es lo que estimo más importante en mi vida, pues también confieso que tengo una misión legítima, quiero pasar a la historia como un buen presidente de México". Pues a corregir entonces presidente, todavía hay tiempo, ¡pero hágale al revés!

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