En una puesta de escena como presidente electo en donde fue su casa de campaña López Obrador en una entrevista donde hablaba de que su gobierno retomaría la rectoría de la economía, y prometía que el país crecería al 4%, puso en una pequeña mesita un libro que se llama ¿Quién manda aquí? editado entre otros por Felipe González el ex presidente del gobierno español y líder de Partido Socialista Obrero Español ( PSOE), un socialdemócrata de cepa que bajo su liderazgo y el de otros demócratas fueron los arquitectos de la transición española a la muerte del dictador Francisco Franco. No se si López Obrador haya leído el libro, que trata de la democracia representativa después de la crisis financiera del 2008 y el gran peso que los organismos internacionales o los derivados de la Unión Europea tienen sobre los propios gobiernos de los países miembros y como la tradicional soberanía nacional se ha transformado en el caso de ellos en la toma de decisiones sobre todo en lo referente a políticas públicas y más concretamente en lo referente a la disciplina financiera y a la política económica, el caso es que me parece que López lo usó como montaje para mandar el mensaje a los dueños del capital de que una nueva etapa había llegado y que no serían ya “los machuchones” como le gusta decir quien mandaría en el gobierno sino él.
Pero al arranque del gobierno creó un “grupo asesor " justo con los más “machuchones“‚ los mismos que los sexenios del capitalismo de amigos con los gobiernos del PRI y del PAN se habían enriquecido y con ellos bajo su leal entender y bajo la consigna expresa de que “la economía se maneja desde Palacio Nacional” entregó contratos y concesiones, adjudicando de manera directa y teniendo como saldo que algunos solo en el sexenio anterior duplicaron por estas concesiones del poder presidencial sus de por sí ya abultadas fortunas. Los proyectos y la ejecución de las obras emblemáticas y caprichosas del presidente lo hicieron justo estos empresarios en total opacidad que poco a poco fueron revelando también actos de corrupción del entorno familiar del presidente. No importó las protestas de varios colectivos sobre el impacto ambiental que ello representaba como fue el caso del tren maya, o de campesinos afectados por la expropiación de sus tierras o las denuncias de corrupción, la consigna de “¿Quién manda? Usted presidente!!”, se hizo efectiva bajo viento y marea. El sexenio terminó y pese a que hubo varias puestas en escena de “inauguraciones” de esas obras faraónicas pues no se terminaron y de la calidad ni hablamos ,mucho menos de una investigación y resultados sobre las denuncias de corrupción, y el problema se refleja en el proyecto de presupuesto para 2025 donde aún hay recursos asignados justo para esto.
Pero el problema no termina aquí, justo porque se usaron una gran cantidad de recursos públicos y en un sexenio donde la economía no creció ni un uno por ciento resultado de ello la deuda pública creció exorbitantemente y esto también se refleja ahora en el paquete económico para el próximo año con los montos de recursos financieros que se tienen que destinar para pagar por la deuda, solo de intereses. Pero si esto aún no fuera suficiente las proyecciones del actual gobierno que sigue siendo en esencia el mismo régimen del obradorato, presenta metas fuera de la realidad en términos de crecimiento, inflación y nuevos compromisos en programas sociales, amén de un nuevo contexto con los socios del Tratado Comercial de Americana del Norte.
El triunfo de Trump representa no solo una gran amenaza a la democracia liberal y sus impactos que ello traerá en el mundo por el poder que los Estados Unidos de América aún ejercen, sino que su postura firme de impulsar un cierre de fronteras a la migración, la imposición de aranceles a los productos que tengan cualquier componente chino o como presión a México para frenar la migración al país del norte, así como los temas de atacar si es necesario aún en territorio de mexicano los laboratorios de fentanilo de los carteles mexicanos y sobre todo la gran amenaza de que desde el primer día de su gobierno hará una gran deportación de mexicanos ilegales son más que un tema de preocupación, representan una verdadera catástrofe para la economía mexicana si todo o alguna parte ello se lleva acabo.
Ahora vemos como los efectos de manejar la política económica en unas solas manos y más si el personaje es un ignorante de estos temas y aventarse la valentonada de ¿Quién manda aquí? comienzan a tener los resultados que se avizoran para el próximo año, veamos algunos.
Unos de los efectos inmediatos de la deportación masiva de migrantes mexicanos sería que dejen de enviar remesas a sus familias con lo que los ingresos de ellas disminuyen pero en no pocos casos esas remesas son el único ingreso familiar con lo que esas familias entrarían en una ruta de pobreza que no sería compensada con empleos en una economía sin crecimiento y por lo mismo sin oportunidades de empleo, y en cambio si serían una mayor presión en demanda de programas sociales, amén de que en términos macroeconómicos las remesas que el año pasado fueron de 63 mil millones de dólares son una palanca muy importante en el consumo y la fuerza del mercado interno. Otra repercusiones sería que de mantenerse los mismos flujos migratorios de otros países sobre nuestro territorio como paso hacia la frontera, la amenaza de que si México no hace lo necesario para frenar esto se impondrían aranceles a los productos mexicanos, tendría impactos inmediatos de carácter negativo sobre la economía y la caída de la inversión y la posibilidad de fuga de inversiones para instalarse definitivamente mejor en los Estados Unidos bajo el amparo de estímulos fiscales que desde ahora ya anuncia el gobierno de Trump. La amenaza de combatir en nuestro territorio a los carteles exacerbaría la violencia en nuestro país y pondría en crisis la relación entre dos vecinos y socios del Tratado Comercial por la violación a la soberanía territorial.
Está pactado que el año 2026 se hará una revisión del Tratado Comercial y desde ahora las amenazas de gobierno de Trump y de gobernadores y algunos dichos del mismo primer ministro de Canadá nos ponen en la mira de los intereses de ellos, la debilidad de la economía mexicana, la ola de violencia que padecemos y la ausencia de una visión estrategia y de Estado con una perspectiva de unidad nacional en medio de la polarización que el obradorato generó y con una democracia destrozada sin equilibrio de poderes y sobre todo un sistema de justicia en plena crisis no nos espera nada bueno.