El crecimiento económico, el valor del producto interno bruto, no son relevantes, lo importante es la felicidad del pueblo. Ya no vamos a medir el crecimiento, vamos a medir la felicidad.
El crimen se reduce dejando de combatir a los grupos criminales y en cambio ofreciéndoles abrazos y no balazos.
Si hay que optar entre la ley y la justicia se debe optar por la justicia. Que la Cuarta Transformación signifique justicia.
La libertad de expresión no existía antes de mi gobierno. Ahora en medios y redes los opinadores tienen toda la libertad de cantar mis alabanzas y yo tengo toda la libertad de expresarme públicamente en contra de aquellos que me critican. Porque si me critican no es porque yo haya hecho algo mal, sino porque ellos perdieron privilegios y chayote.
Donald Trump es un hombre respetuoso que no ha agraviado a México, sino que lo ha tratado con comprensión y respeto. La mejor política exterior es la interior.
El crimen se reduce dando unas becas a jóvenes, de esa manera dejan de ser potenciales reclutas para las mafias.
Este es un gobierno de transformación, de regeneración.
Las mañaneras son un extraordinario ejercicio, nunca antes visto, de información, transparencia y rendición de cuentas. No hay gobernante del mundo que haga algo semejante, estar todos los días enfrentando a los medios. De ninguna manera son formas de venganza política, linchamiento público, desinformación y lucimiento personal con patiños con credencial de periodista.
Tenemos el mejor gobierno en el peor momento. Tan bien que íbamos antes de la pandemia, aunque la pandemia nos vino como anillo al dedo, pero ya la domamos.
Combatiremos la corrupción como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo. Nosotros no somos corruptos, nunca hemos hecho un fraude electoral, tenemos autoridad moral. No me interesa lo material, no traigo dinero, traigo una cartera con 200 pesos. No soy un vulgar ambicioso.
Hay un país más justo y digno en el que no se tolera la corrupción ni la impunidad. Es mejor heredar a los hijos pobreza que deshonra. Gobernar es sencillo cuando se tiene el escudo moral de la honradez. El dinero que entregaban a mi hermano eran aportaciones del pueblo para que nuestro movimiento se impusiera a la mafia del poder.
Ya no me pertenezco, le pertenezco al pueblo. No usaré escolta, porque el pueblo me va a cuidar.
Por el bien de todos, primero los pobres. Nunca se había protegido tanto a las mujeres en México. Para destruir la corrupción que tanto daña a los más pobres y a las mujeres se cierran las estancias infantiles, los albergues para mujeres que sufren de violencia y los comedores comunitarios.
Tengo tres principios que me guían: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo y así voy a continuar por el resto de mi vida hasta que me muera.
Crearé un sistema de salud pública de primera y gratuito como en los países nórdicos. Para lograrlo se destruye el Seguro Popular y la red de distribución de medicinas.
La economía no es ciencia, gobernar no es ciencia, para sacar petróleo del subsuelo solo hay que hacer un hoyo.
Se acabó el nepotismo, el amiguísimo, el compadrazgo. Separar el poder económico del político para no ser sepulcros blanqueados.
Los ventiladores "eoticos" afean el paisaje. Las energías limpias son un sofisma.
No usaré el avión presidencial, yo viajaré en vuelos comerciales. Lo vamos a vender, ya lo quisiera Obama. Pero dado que no se vende, entonces se rifa, pero el premio no es el avión, y ya que no lo rifamos, y lo seguimos teniendo, entonces lo vamos a vender.