¿Qué está proponiendo Biden para potenciar no solo la economía de Estados Unidos sino para demostrar que la deuda especulativa no sirve para crecer? ¿Cómo está impulsando el postkeynesianismo?
El motor del nuevo enfoque es salvar y construir más clases medias. Ellas son el motor.
Ya no es el impulsivo esfuerzo por firmar más tratados de libre comercio; ya no se trata de convertir en mantra reducir impuestos a grandes corporaciones como supuesta dosis de incentivos para la inversión. Las políticas progresistas y de izquierda en Estados Unidos ya no son un tabú ante el extravío de las fuerzas de la mano invisible del mercado.
Sabe que estamos en una pandemia. Su apuesta ya no es Wall Street y su intención es no normalizar la desigualdad como algo natural.
¿Cómo entonces está Biden derrotando la política económica del ‘Consenso de Washington’ en que se basó el sistema económico especulativo del neoliberalismo? Y me atrevo a lanzar la señal de una retórica, ¿Estados Unidos está empezando a aplicar un modelo similar al capitalismo de estado chino en su país?
En un ecosistema de pandemias donde ya no hay apetito por la productividad sino por la especulación, hay que comprender que la política fiscal antigua ya no sirve para alcanzar el pleno empleo ni para recuperarlo.
El crecimiento económico en la década pandémica, ya no se regula por exceso de escasez o por la demanda sino por su ausencia crónica. Los salarios mínimos en consecuencia ya no afectan a distorsionar a la baja el empleo.
Bajar impuestos a los ricos no hace que inviertan más.
El dinero abunda en ahorro y por eso bajan las tasas de interés ante la ausencia del apetito y condiciones de inversión por lo que la nueva forma de generar empleo es un Estado que invierte en la gente para habilitar tecnología en la educación. El Estado prioriza la capacitación.
La especulación ha llevado a la ausencia de productividad, lo cual genera una necesidad de universalizar un ingreso básico para potenciar el consumo básico y la pauperización de las clases medias.
La automatización es la nueva amenaza económica del desempleo.
Por todo esto Biden impone el 28 por ciento de impuestos a grandes corporaciones para destinar con ello en parte, 620 mil millones de dólares para financiar empleos bien pagados artificialmente por el Estado para crear infraestructura, eso, rompe el círculo para volver a la productividad.
Se modernizarán 32 mil kilómetros de carreteras y autopistas copiando el modelo de China durante todo 2019-2020 y reconstruirá puentes y aeropuertos.
Invertirá en banda ancha en poblados rurales.
Como lo he venido haciendo personalmente desde hace un año y medio con mis propios recursos porque estoy convencido de que productividad no está peleada con incentivos sociales, ahora Biden hace que el Estado contrate a jóvenes para cuidar a adultos mayores y personas con discapacidades. Esto demuestra el efecto multiplicador social y queda demostrado cómo a grandes niveles se impulsa de otra forma la economía.
Invierte 580 mil millones de dólares en habilitar a ciudadanos para los puestos del futuro y financiar ideas privadas y colectivas para crear más patentes y bienes tecnológicos.
Por todo esto y más, Estados Unidos está sepultando el viejo modelo especulativo de impulsar una economía que lleva a deudas crónicas con desempleo y le da una visión social y progresista al estilo chino.
Espero que la forma belicista americana también cambie, hoy China, Singapur y Alemania conquistan su prosperidad económica e influencia geopolítica sin disparar un solo tiro.
Bidenomics es construir mercado con Estado, menos monopolios y más sindicatos para democratizar el construir riqueza pública y por ende privada. Sí hay futuro para un modelo donde la creación de riqueza y la política industrial existen para crear valor en lugar de especulación.
Para tener libre mercado, primero hay que crear mercados libres. Libres de oligopolios. Libres de privatizar ganancias y socializar pérdidas. Libres de especulación y llenos de productividad.
Libre de dependencia y más socializando fuentes de riqueza, no pobreza.
La escuela mundial del capitalismo está girando silenciosamente hacia una economía cuya más importante ideología ya es un nuevo consenso, el de las clases medias, el de crecer de abajo hacia arriba, pero al final de cuentas crecer y para repartir riqueza primero se necesita crearla.
¿Funcionará el experimento?