Simon Levy

Amapa, el 'profe' de Java y el turismo II

Rescaten los valores y hagan de la cultura, la ventana de promoción de México para el mundo. Hoy lo que vale más es ser humanos; la naturaleza, lo real. Unan la tecnología, la creatividad y la cultura como nuevas fuentes del turismo.

Tuxtepec, Región de la

Cuenca del Papaloapan 2050:

En los amaneceres encontraba los rincones más profundos de soledad para entender un mundo que se reinventa todos los días. El humo de mi taza de café se impregnaba en mi aliento; era una mezcla de granos de La Mixteca y La Cañada. Ese olor arábigo robusto, era un señal que aquí, el mundo seguía sabiendo a verdad.

Me quedaba ya poco tiempo para preparar el desayuno del último grupo de alemanes que había llegado hace casi un mes, huyendo de los cambios de clima de Europa de las semanas previas. De adolescente, a estas horas ya había leído en mi IPad los periódicos; la adrenalina de Twitter y luego me perdía en Instagram. Hoy, en todos los objetos se ven noticias; cualquier pared es un panel de información permanente.

¡Claudia!

¡En un momento bajamos al desayuno! Era Genaro, espetando desde lo alto de la terraza.

Del susto, se me cayó el café y en cuestión de segundos, la tela inteligente de mi pantalón lució como nueva. Empezamos a sacar los plátanos, el pan de elote con mariguana y preparamos las parcelas para que nuestros huéspedes recogieran las naranjas para hacerlas jugo. Aquí no habían máquinas 4D de impresión de alimentos.

Amapa se volvió un famoso destino mundial, por haber obtenido la certificación de "Premium Air Quality Zone" de la Organización Mundial de Turismo. También porque las niñeras robóticas, el agua desalinizada, las baterías impresas en 4D y los humanoides que practican sexo, no existen aquí. Lo natural, es el lujo más extravagante del turismo; la nostalgia de un mundo real también.

Nuestra comunidad es hoy un baluarte porque entendimos que nuestra medicina debía seguir basándose en la herbolaria, no en químicos impresos; en la enseñanza de nuestros antepasados; no en las radiaciones de robots para las cirugías cosméticas. Nuestro destino sabe a agua con sabor a manantial, no a liquido transparente que se bebe de las máquinas que lo obtienen del viento.

Nuestra forma de ser, gustaba mucho al grupo de hipsters alemanes. Cada día pasaban más de 5 horas digdageando (ustedes lo conocen como programando) con la información generada en mas de 10 ciudades europeas. Genaro, el antiguo Profe de Java, los dirigía muy bien. En Amapa se convertía en inteligencia, todos los datos de Milán, Berlín, Budapest y otras ciudades. La noticia que weigo y virtflix, empezaron a regalar energía eléctrica a cambio de datos y big data, le dio la vuelta al mundo y trajo a muchos desarrolladores a nuestra comunidad.

Asi, les envío a todos ustedes esta carta, con Pixer —la nueva máquina del tiempo maleable que traspasa lo que ustedes todavía conocen como materia y energía— con el objetivo de decirles que el ocio, hoy, es una de las mayores causas de muerte en el mundo. La competencia de humanoides hechos a la medida, es cada vez más impresionante. La carrera por el diseño de parejas a imagen y semejanza es la industria más importante de la década y a pesar de ello, en Europa y Asia, millones de personas están cometiendo suicidios por la pandemia de tristeza.

Apuesten siempre a lo sencillo, a lo natural. Después de los grandes problemas que tuvieron nuestras playas y la privatización de prácticamente todo el litoral de México, las granjas de mariguana comunitarias se convirtieron en una nueva forma de desarrollo regional. Aquí ya no existe la pobreza.

Cerca estuvimos de seguir el ejemplo de Estados Unidos con su primer presidente humanoide.

Rescaten los valores y hagan de la cultura, la ventana de promoción de México para el mundo. Hoy —en su futuro— nuestro presente, lo que vale más es ser humanos; la naturaleza, lo real. Unan la tecnología, la creatividad y la cultura como nuevas fuentes del turismo.

Aquí, los esperamos una comunidad de emprendedores que a nuestros cuarenta y tantos, decidimos tomar el pasado para convertirlo en el futuro del mundo. Nuestro corazón está con ustedes. Cuiden a México y cuiden el campo. Nos vemos en algunos años.

COLUMNAS ANTERIORES

La trampa del ingreso
Lo que aprendí en Bangalore: democratizar riqueza

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.