Simon Levy

La economía AC y DC: ¿Dónde quedarán las Pymes?

Sin apoyo a las Pymes, no hay actividad empresarial, sin ésta, no hay recaudación de impuestos. Sin recaudación, no hay recursos para la prioridad social nacional: los pobres.

Las guerras como las depresiones económicas transforman intereses, cambian realidades y definen prioridades que cambian el curso histórico en segundos.

Solo ayer, ya es un largo pasado. El mundo Antes del Covid-19 (AC) se acabó y no volverá.

Apostar que el Covid-19 es una pandemia pasajera de un par de meses es un error. La mortandad de empresas y los efectos económicos tendrán efectos de mayor escala que el propio coronavirus. Volveremos a los niveles de desempleo de la Segunda Guerra Mundial del siglo XX en proporción de los niveles de población del siglo XXI.

La pérdida de empleos que sufrirá México estará en el rango entre 1 a 1.5 millones. Sin embargo, lo más grave será la caída en las remesas recibidas de Estados Unidos que para el 30 por ciento de las familias mexicanas es su fuente de ingreso. La caída en 2020 será aproximadamente del 17 por ciento.

No hay mayor seguro de desempleo en México que los envíos que hacen los mexicanos de Estados Unidos a México.

Por eso es urgente un plan de seguridad nacional por la emergencia económica que englobe acciones estructurales y contracíclicas para revivir al mercado interno y las Pymes.

¿Qué hacer para cuidar y proteger al motor de la economía nacional que son las Pymes?

México puede tener una estrategia de contención, una de activación y una de desarrollo integrador.

La estrategia de contención puede basarse en evitar la mortandad de las micropymes, por eso proponemos crear un Ingreso Básico Empresarial Mensual (IBE) con urgencia aplicado a las micro y pequeñas empresas durante la pandemia y al menos seis meses después de su terminación. Los créditos no funcionan. Lo que las Pymes requieren es liquidez y no deudas. Los ingresos del IBE pueden salir temporalmente de los recursos asignados al tren Maya.

Sin apoyo a las Pymes, no hay actividad empresarial, sin ésta, no hay recaudación de impuestos. Sin recaudación, no hay recursos para la prioridad social nacional: los pobres.

La pobreza para dejar de existir necesita productividad. El Estado no es un empleador de largo plazo.

El financiamiento del desarrollo nacional no lo hacen los grandes consorcios, lo hacen las clases medias y las pequeñas y medianas empresas. El Estado con sus políticas públicas y decisiones en estos momentos, es el que ecualiza la inequidad o profundiza la desigualdad.

Los grandes consorcios que durante mucho tiempo se quedaron sin pagar impuestos deben pagarlos. No hay duda. Pero no pueden pagar justos por pecadores. Apoyar a las Pymes no puede depender de que paguen o no. Ya no se puede esperar más, la situación es muy grave.

La estrategia de activación puede venir en la era Después del Covid-19 (DC), consistente en una estrategia nacional público-privada para la digitalización de las empresas que incluya la apertura directa al comercio electrónico de las Pymes.

Mi principal consejo a una Pyme: dejen ser físicas y vuélvanse virtuales. Las distancias son oportunidad, no obstáculo. Conéctense al mundo no le rehuyan. Es hora de salir de casa.

La estrategia de desarrollo integrador consiste en la necesidad de integrar a cadenas de valor a las Pymes como una estrategia de rescate del mercado nacional, pero sobre todo de nuestra industria. Para eso llegó la economía colaborativa y será la base de la economía DC.

El turismo tardará mucho tiempo en recuperarse y las Pymes turísticas tendrán que reinventarse en este compás de espera. Ya no es la empresa grande la que vence a la pequeña, sino la rápida a la lenta, pero sobre todo la que en lugar de aislarse al mundo por su tamaño, se integra por su ligereza.

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