Tatiana Clouthier

Propiedad privada

No deja de ser necesaria la capacitación, la educación desde temprana edad para que se ponga un alto a los índices de violencia hacia las mujeres.

"Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libre en sus capacidades y personalidad". Indira Gandhi

Las relaciones entre seres humanos son y han sido siempre complejas. Hoy, la pandemia ha hecho evidente las dificultades de la convivencia cotidiana entre familiares, parejas e incluso en la discusión pública.

Sin embargo, esta situación no es nueva en cuanto a las parejas. De tiempo acá, los divorcios han aumentado y motivos existen miles. Datos del Inegi dicen que en 2018 los divorcios aumentaron 6.5 por ciento, alcanzando 156 mil 556 y que la unión conyugal bajó 4.7 por ciento. Los factores que explican estas cifras son muchos. El cambio de las mujeres y su educación, así como su incorporación al mundo del trabajo y sobre todo el conocimiento sobre sus derechos, ha hecho que las mujeres se reconozcan a sí mismas y se valoren como nunca se hizo en el pasado.

Claro que esto ha ocasionado cambios dentro de las relaciones en pareja y ya no es necesario el papelito para poder intimar, construir un plan de vida o incluso habitar juntos.

Lo que extraña con todo esto es que, a pesar de estos avances, se siguen presentando situaciones en las que los hombres ven como su propiedad a las mujeres con quienes establecen relaciones de pareja. Una idea que es parte de la violencia machista e, incluso, es origen de muchos feminicidios: si la mujer es una extensión de 'mi propiedad' como hombre, entonces, también puedo disponer de su vida.

La sociedad enseña a los jóvenes a interpretar los celos como algo simpático y, aun, como muestra de afecto. Nada más falso. El amor no se muestra ni con control ni con egoísmo y menos considerando a la pareja como su propiedad.

Todo esto lo menciono porque el lunes se hizo viral un video en redes en el que un senador exige a su pareja públicamente que no muestre lo que le pertenece. Perdón… un comportamiento inadmisible en pleno siglo XXI.

No obstante, ya tiempo atrás, el esposo de una alcaldesa también la minimizó diciendo que la gente votaba por él y no por ella en el municipio que gobierna.

Increíble que en pleno 2020 continúe esta exigencia de sometimiento por parte de algunos hombres en contra de sus parejas.

Ojalá la juventud que atestiguó el desafortunado actuar del senador, pueda entender que este tipo de comentarios son también violencia de género y que estas actitudes deberían prender luces rojas en cualquier relación.

No deja de ser necesaria la capacitación, la educación desde temprana edad para que se ponga un alto a los índices de violencia hacia las mujeres.

Hay ocasiones en que una palabra es más fuerte que un golpe. ME SIGO SUMANDO AL ¡NI UNA MÁS!

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