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Esta tecnología de Nueva Zelandia está cuidando ‘las manos’ del sector cárnico

La innovación está en el ADN de las empresas de Nueva Zelandia y sus soluciones tecnológicas siempre buscan cuidar a las personas.

En Nueva Zelandia, como en México y en todo el mundo, la automatización de procesos está transformando a las industrias para cuidar su elemento más valioso: sus colaboradores.

Hoy vemos tecnologías sumamente avanzadas en sectores tan complejos como el cárnico y no imaginamos el esfuerzo, persistencia y sí, los sueños que hay detrás de ellas.

Una de esas historias inspiradoras es la de KANDO, una empresa que, con mucho esfuerzo, aprendizaje y, sobre todo, determinación, ha logrado destacar en el mercado global. Actualmente somos una prueba más de que un emprendimiento resiliente y centrado en la innovación puede hacer la diferencia.

¿Te imaginas una cortadora de carne inteligente que pueda detectar la mano o el brazo de una persona y detenerse en milésimas de segundo para evitar un accidente? Bueno, eso hacemos en KANDO.

Nuestras máquinas han acumulado un total de más de 2 millones de horas de funcionamiento sin ningún accidente. Esto se debe, en parte, a nuestra tecnología de desactivación de la tensión de la cinta, que puede detener repetidamente la hoja en milisegundos. Por el contrario, los motores servo no pueden generar la energía necesaria para detener una sierra de cinta en milisegundos.

Hoy somos una empresa con presencia mundial, pero llegar a este punto fue un proceso lleno de altibajos, en el cual dar ese primer paso fue un verdadero “salto de fe”.

La concepción de esta empresa orgullosamente neozelandesa fue en el seno de una entidad gubernamental de investigación, donde las prioridades y enfoques eran muy diferentes de las demandas eficaces del sector privado.

En medio de este escenario, decidimos ‘apostar por un sueño’ y trazar nuestro propio camino fundando una empresa privada con el objetivo claro de proporcionar soluciones prácticas y adaptadas a las necesidades de la industria.

El camino desde la concepción de la idea hasta su materialización fue tremendamente desafiante. La ingeniería, siendo difícil y exigente por naturaleza, se presentó como un obstáculo inicial. Además, la transferencia de riesgos contractuales por parte de los clientes y la gestión de la propiedad intelectual plantearon desafíos adicionales.

Sin embargo, poco a poco logramos superar cada obstáculo, llevando la idea a la realidad.

El momento crucial en el que nos consideramos una empresa global coincidió con el desarrollo de nuestro propio producto y la expansión de las ventas a clientes extranjeros.

México y en general toda Latinoamérica, constituye una excelente oportunidad para profundizar en la comprensión y satisfacción de las necesidades de un mercado clave dentro de nuestra industria. Este mercado en particular ocupa la posición de sexto productor mundial de carne, lo que resalta aún más la importancia estratégica de abordarlo de manera efectiva.

Nueva Zelandia es uno de los mejores lugares en el mundo para emprender y somos muy afortunados de que KANDO se forjara en un ambiente innovador. Esto ayudó a la formación de sólidas relaciones con clientes centrados en soluciones y ha representado un avance significativo.

En retrospectiva, una de las muchas enseñanzas como emprendedores que me gustaría compartir con aquellos que están por iniciar ese camino, sin importar si están en Nueva Zelandia o en México, es que procuren tener más dinero de lo que inicialmente crees que necesitas. Considera lo difícil que podría ser esto si las cosas salen mal.

Si te atreves a soñar en grande, apuestas por la innovación y eres constante, estoy seguro de que la siguiente historia de éxito será la tuya.

FIRMA:

Mike FitzGerald, marketing & development manager, KANDO

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