Lo Básico

El maíz amarillo que importamos, ¿en verdad se dejará de comprar?

La industria de alimentos y la pecuaria demandan del maíz amarillo, que es rico en almidón y del que poco se produce en México.

Cada año le compramos a Estados Unidos más de 16 millones de toneladas de maíz amarillo, un grano que cultivan en grandes extensiones de tierra, con sistemas de riego, maquinaria y con paquetes tecnológicos que les dan mejores rendimientos, evitan mermas y logran los mejores granos. La novedad es que México dejaría de importar estos granos por lo menos dos años, pero no porque logramos la autosuficiencia.

¿Para qué se usa el maíz amarillo? ¿Por qué se importa si somos un país productor?

Impresiona saber que los mexicanos importemos maíz, sobre todo porque somos la tierra del maíz, pero impacta más saber que hay dos grandes industrias que demandan, piden y consumen un maíz que no producimos en grandes cantidades: se trata del maíz amarillo.

Este grano se distingue por ser “regordete” con un centro cubierto de almidón, que es lo que buscan los engordadores de cerdos, reses, pollos, pavos y los fabricantes de alimentos, para lograr que cualquier bebida en polvo se disuelva en líquido, como el chocolate o leche en polvo, hasta los jamones y salchichas, para que no se hagan “babosos”, entre otros cientos de usos.

Efectivamente en las tierras mexicanas se siembra y se cosecha maíz. El último reporte mundial de producción y abasto de granos muestra que en el ciclo 2020-2021 en México se lograron 27 millones de toneladas, sobre todo de maíz blanco, el que se usa para hacer harinas, tortillas, masas, tostadas, totopos, frituras y otras delicias.

Sin embargo, la industria de alimentos y la industria pecuaria van aumentando y demandan del maíz amarillo, el que es rico en almidón y del que poco se produce en México.

Hubo años que se incentivó la siembra, sin embargo, es un grano que no se logra como en las tierras de Estados Unidos, ya que la mayoría de las tierras de México son sembradas con la tradición de la milpa, de la parcela, del ejido, sin la maquinaria, sin la tecnología; son pocos los productores en el país que lo logran y se ubican sobre todo en el centro y norte del país, donde son grandes extensiones de tierra, hay maquinaria, sistema de riego y lo rotan con el sorgo, principalmente.

La solución durante todo el periodo neoliberal para surtir a las dos industrias crecientes fue importar el grano amarillo y para este 2022-2023 se prevé que México importe 17.7 millones de toneladas, un millón más que hace dos ciclos.

Cortar de tajo una medida neoliberal de muchos años, sin incentivar y lograr la autosuficiencia alimentaria, como se hizo desde el inicio en el petróleo, tiene tensa a las dos industrias crecientes: la alimentaria y la pecuaria, porque hasta las conservas requieren del almidón del maíz amarillo.

Se cancela

Desde que inició el actual gobierno de México se prohibió el uso de glifosato en el campo, que es una sustancia altamente usada en las siembras comerciales del país y de Estados Unidos, ya que elimina las hierbas no deseadas; sin embargo, se presume que es dañina para la salud y las filtraciones al manto freático.

También se pidió no sembrar maíz transgénico, para evitar daños en las variedades criollas del país, pero al decreto se sumó que a partir de ahora no se permitirá la importación de maíz amarillo de EU porque es transgénico y usan glifosato.

La última declaración del presidente de México es que se busca un acuerdo para que lo que se importe sea sólo para forraje de los animales. ¿Y la industria alimentaria?

Esto significaría el impacto en 60 cadenas de valor que dependen del maíz amarillo importado de EU y de los dos mil derivados del grano.

Para algunos miembros del sector agrícola como Héctor Salazar, la medida es radical y obedece a la carga ideológica de los tomadores de decisiones como Víctor Suárez, en la subsecretaría de Agricultura y de otros como Adela San Vicente, Alejandro Espinoza y Álvarez Buya, quienes han pujado por evitar el ingreso de los transgénicos y del glifosato.

La pregunta es, si se cancela la importación y se llega a los paneles comerciales, ¿de dónde se importará el maíz amarillo que requieren las industrias? ¿De Argentina? También es transgénico, como también lo es Brasil, que son los dos principales países que exportan este grano en el mundo.

¿Cómo subsanar la demanda de un grano con las características del maíz amarillo y que no goza el maíz blanco?

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