Lo Básico

Amargo escenario en la miel

Cristóbal amargó el escenario de miles de apicultores en la península de Yucatán, dejando bajo el agua las colmenas.

Justo en la recta final de la cosecha apícola 2019-2020, en el último jalón, la tormenta tropical Cristóbal amargó el escenario de miles de apicultores en la península de Yucatán, dejando bajo el agua las colmenas.

Esta región del País exporta el 90 por ciento de sus cosechas y es de las más importantes del territorio nacional.

La entrada de la tormenta tropical Amanda, que después se convirtió en Cristóbal, significó en algunas zonas hasta 10 días de lluvias continuas, impidiendo la filtración natural del agua al manto freático.

Las colmenas, que suelen ubicarse en la selva, se inundaron o los vientos las destrozaron.

Las imágenes del estado en que se encuentran las colmenas son desoladoras y desgarradoras las historias de impotencia de los apicultores.

El trabajo diario, el cuidado, la alimentación, las visitas diarias a la colmena se derrumbaron con el paso de la tormenta.

Para muchos apicultores esta última cosecha iba a significar la mayor venta, ya que esperaron a que las abejas lograran llenar los canales.

Sin embargo, la tormenta no permitió que ocurriera y de paso perdieron sus abejas.

Para dimensionar un poco.

Esta actividad la realizan más de 13 mil apicultores, según los últimos datos del Inegi, había más de 300 mil colmenas y no hay organizaciones productivas que agrupen a los productores, solamente AGL (Asociaciones Ganaderas Locales). Es un sector pulverizado.

La apicultura es una actividad adicional, no es su única actividad productiva, sino que forma parte de su ingreso y lo conjugan con la Milpa, el comercio, la ganadería, huerto, o de otras actividades.

Los datos oficiales muestran que en 2018 Yucatán exportó 12 mil 308 toneladas de miel, que generaron 38.5 millones de dólares en divisas.

Y el año pasado más de 9 mil toneladas exportadas, generando 21.5 millones de dólares en divisas.

La pérdida de las colmenas significa perder el ingreso extra, los ahorros. Sin embargo, los daños de la tormenta no se limitan a las abejas, sino también a sus milpas, sus cultivos, sus casas, sus calles, sus comunidades.

En medio de la pandemia, más de la mitad de los municipios de Yucatán enfrentan una situación doblemente difícil, la pérdida de sus hogares, sus parcelas, sus colmenas.

Aunque existen seguros apícolas de la Confederación Nacional Ganadera, los apicultores requieren del apoyo de la sociedad, no será posible del gobierno, porque ya no existe el renglón presupuestal de 'seguro catastrófico' y Fonden no contempla apoyos a los productores.

La solidaridad de los gustosos de la miel es la que se requiere en estos momentos para que recuperen sus colmenas.

Azúcar, cajas, cera, son los insumos básicos de los apicultores y llegar a ellos directamente es posible a través de quienes les están dando el seguro apícola o bien con los ayuntamientos o las AGL.

Y sobretodo el consumo local, el consumo de miel local, por encima de las importadas o de las tiendas de autoservicio.

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